El tiempo no perdona ni a los más grandes. Robert Lewandowski, a sus 37 años, encara probablemente su última temporada en el FC Barcelona. Y lo hace con un nuevo papel que, guste más o menos, deberá aceptar si quiere seguir siendo importante en el equipo. El polaco, que llegó para ser el gran líder ofensivo, ya no está en condiciones de disputar los 90 minutos en todos los partidos.
Un rol distinto, pero decisivo
Los números y las sensaciones sobre el césped lo dejan claro. En los últimos encuentros, Lewandowski ha sido más útil saliendo desde el banquillo que como titular fijo. Su entrada en la segunda parte le ha permitido aprovechar mejor sus cualidades: frescura frente a defensas cansadas, inteligencia en los movimientos dentro del área y esa capacidad innata de definir que no ha perdido con el paso de los años.
Lo vimos contra el Valencia, cuando firmó un doblete entrando desde el banquillo, y de nuevo ante la Real Sociedad, con un cabezazo decisivo que le dio los tres puntos al Barça. Flick parece haber encontrado un plan que potencia al polaco y, al mismo tiempo, da continuidad a jugadores más jóvenes como Ferran Torres o Marcus Rashford.
Flick, claro con su gestión
Hansi Flick no se anda con rodeos. Para el técnico alemán, el rendimiento y el estado de forma están por encima de los galones. Por eso, ha optado por reservar a Lewandowski en partidos de máxima exigencia física, dándole minutos de calidad en tramos finales. Es un rol que exige adaptación, sobre todo para un delantero acostumbrado a ser indiscutible durante toda su carrera.
Una transición inevitable
El Barça vive un proceso de transición. Con jugadores como Lamine Yamal, Ferran Torres o Rashford empujando con fuerza en ataque, la figura de Lewandowski pasa de ser el pilar absoluto a convertirse en un complemento de lujo. No se trata de restarle importancia, sino de ajustar los roles a la realidad física de cada futbolista.
El propio vestuario entiende la situación y valora la profesionalidad del polaco, que sigue trabajando con la misma intensidad en los entrenamientos. Nadie duda de que aún puede marcar diferencias, pero quizás ya no como titular indiscutible.
La última gran temporada
Todo indica que esta será la última campaña de Lewandowski en el Barça. Y en ella tendrá que aceptar su nuevo papel: menos minutos, pero más impacto. Un rol de revulsivo que puede ser clave en partidos grandes, donde su experiencia y olfato goleador pueden marcar la diferencia.
El polaco lo sabe: ya no se trata de jugar siempre, sino de aparecer cuando más importa. Y en eso, Lewandowski sigue siendo uno de los mejores del mundo.