El filial del Barça no ha podido pasar del empate ante el Oviedo (1-1). Los blaugrana no han sido excesivamente superiores al conjunto asturiano pero han acabado perdonando en un partido en que Arnáiz y el 'Choco' Lozano han sido a los mejores jugadores.

Arnáiz esconde las carencias

Después de un inicio de liga irregular, pero con buenos resultados, el Barça B llevaba un mes sin sumar los tres puntos. Desde la gran victoria por 4 goles a 0 al Córdoba, los de Gerard López encadenaron dos empates, una derrota y un partido aplazado como consecuencia de la represión policial producida a Catalunya durante el referéndum del 1 de octubre. Así, el partido de hoy era un encuentro para abandonar la parte baja de la tabla y, sobre todo, asustar a cualquier fantasma.

La puesta en escena, sin embargo, no ha estado a la altura de lo que la situación requería. Las ocasiones e, incluso, el buen juego son negociables en can Barça. La posesión de la pelota y todo lo que ésta comporta a nivel ofensivo y defensivo, no. El Oviedo ha salido con claras intenciones de hacer daño a los blaugrana mediante el control del partido. Y aunque no ha conseguido su objetivo final, sí que ha negociado el dominio local.

En una primera parte en que las ocasiones han brillado por su ausencia, el filial culé ha hecho daño con una jugada de tres toques. Rechace de Cucurella, peinada del 'Choco' Lozano y control de Arnáiz. El castellano-manchego ha conducido, recortado y definido con un disparo cruzado que ha superado a Juan Carlos. El tanto ha desequilibrado el marcador y ha significado un golpe psicológico para el Oviedo, pero no ha escondido el apático juego del equipo. El 'resultadismo' no se puede imponer al estilo.

De hecho, los primeros 45 minutos han sido, seguramente, una clara demostración de lo que es el filial del Barça hoy en día en todos los aspectos. El equipo ha fiado las opciones al contraataque y, en concreto, a la inspiración de un jugador fichado por 3 millones y medio euros cuya principal virtud es correr al espacio generado entre los centrales y el portero.

El mártir de la defensa de las acciones de estrategia

El conjunto visitante ha tenido suficiente con diez minutos de reanudación para mostrar la debilidad defensiva catalana en las acciones de pelota parada. Dos córners, dos oportunidades claras; y Ortolá ha podido evitar que la primera fuera a más, pero no lo ha podido hacer en el caso del remate del exjugador del Sabadell Carlos Hernández. La justicia se ha vuelto a imponer en el marcador.

La reacción blaugrana ha permitido intuir síntomas de mejora. Sarsanedas, Busquets y Aleñá han intervenido con más frecuencia, y eso es siempre una buena noticia. Sobre todo en el caso del mediocampista de Mataró, que convierte una pelota circunstancial en una oportunidad peligrosa. El '10' es la gran esperanza para el futuro del primer equipo pero todavía tiene que dar un paso adelante en el filial. La casa siempre se tiene que construir desde la base y no desde el tejado.

Con más voluntad que acierto

Los instantes finales han ganado en entretenimiento y emoción, pero no en ocasiones peligrosas. Algunas esporádicas conducciones de Aleñá y la persistencia de Arnáiz han animado los últimos minutos, aunque no han significado ningún cambio en el marcador. Por su parte, el Oviedo no se ha contentado con salvar el empate pero tampoco ha podido hacer nada para deshacer el empate.

Con el reparto de puntos, el Barça B ha sumado un punto que no lo aleja de la parte baja de la clasificación de la Liga 1|2|3, aunque todavía tiene que disputar el partido de la jornada 7 contra el Nàstic. El filial tiene que poner por delante el buen juego y la progresión de los jóvenes futbolistas a los resultados. No obstante, si no tienes ninguna de las dos primeras cosas, al menos se tiene que luchar por conseguir sumar de tres en tres.