En un movimiento que se había ido incubando durante meses, el grupo chino Orient Hontai, propietario mayoritario de Mediapro, ha decidido finalmente renovar por completo el equipo gestor de la primera productora audiovisual española. Según ha adelantado El Confidencial, el holding asiático ha acordado la salida de Tatxo Benet, fundador y presidente de la empresa, marcando así el final de una era y el inicio de una nueva fase bajo el liderazgo de Sergio Oslé, exconsejero delegado de Telefónica en España. Fuentes de la compañía han declinado hacer comentarios acerca del relevo en la cúpula.
La decisión, tomada tras un intenso proceso de reflexión interna asesorado por un banco de inversión, refleja la determinación del propietario chino de dar un nuevo impulso estratégico a la compañía, que enfrenta un período complejo caracterizado por la pérdida de contratos emblemáticos y un deterioro de su situación financiera.

Benet había intentado en las últimas semanas convencer a los propietarios chinos para continuar al frente de la sociedad. Su plan pasaba por mantenerse como presidente, sostenido por un consejero delegado de consenso. Según las fuentes consultadas, Benet llegó a proponer varios nombres de su gusto para este cargo, pero Orient Hontai consideró que la persona adecuada para liderar la nueva etapa era precisamente Sergio Oslé, un profesional con una sólida trayectoria en grandes corporaciones.
La comunicación de la decisión se produjo en una reciente reunión entre Benet y los representantes del grupo chino. El fundador ha transmitido ya a su círculo de confianza dentro de Mediapro que no será renovado, poniendo fin así a una etapa que comenzó con la fundación de la compañía junto con Jaume Roures.
El nombramiento de Oslé no será el único cambio en la cúpula directiva. Según las informaciones, Carlos Núñez, quien fue presidente de Prisa Media, está previsto que ocupe el puesto de consejero delegado, dependiente jerárquicamente del nuevo presidente. No obstante, la incorporación de Núñez presenta un obstáculo legal significativo: su salida de Prisa incluyó una cláusula de no competencia que le impide trabajar en la competencia hasta marzo de 2026, después de haber recibido una indemnización de 1,7 millones de euros. El fichaje de dos altos directivos con tan sólidas credenciales en el sector de las telecomunicaciones y los medios refleja la voluntad de Orient Hontai de profesionalizar la gestión y estabilizar la compañía después de un período convulso.
La renovación de la dirección no es casual. Mediapro enfrenta un momento crítico en su trayectoria. La agencia de calificación Moody's degradó, el pasado verano, la calificación financiera del grupo a "bono basura", tanto para la nota corporativa a largo plazo como para la probabilidad de impago. Esta decisión vino motivada por el "sustancial bajo rendimiento operativo del grupo en 2024", que ha provocado un "notable debilitamiento de las métricas crediticias". Los números lo confirman: los ingresos de Mediapro cayeron un 15% el pasado año, hasta los 1.068 millones de euros, mientras que el EBITDA (beneficios antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones) experimentó un descenso aún más pronunciado del 36%, situándose en 111 millones.
Sin duda, el factor más grave en este deterioro ha sido la pérdida del lucrativo contrato de producción de los partidos de LaLiga. Esta decisión provocó inicialmente una reacción visceral por parte de Mediapro, que calificó la decisión de "arbitraria". La importancia estratégica de este contrato es tal que, según las previsiones, los números de 2025 se deteriorarán aún más debido a su impacto. La situación ha obligado a la compañía a activar un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) que afecta a 180 empleados.
La trayectoria de Orient Hontai como accionista de Mediapro ha sido sinuosa. El grupo chino entró en el capital de Mediapro en 2018 adquiriendo el 56% por 900 millones de euros. Tras unos años de buen rendimiento, los propietarios chinos contrataron a Deutsche Bank, Citi y Goldman Sachs para salir a bolsa, con una valoración que alcanzaba los 3.000 millones.
Sin embargo, la aparición de la pandemia de covid-19 truncó estos planes. En lugar de desinvertir, Orient Hontai se vio obligado a rescatar la compañía con una inyección de 620 millones de euros. Esta operación diluyó el resto de accionistas, entre los que se encontraban los fundadores Jaume Roures y Tatxo Benet, que vieron cómo sus participaciones del 12% cada uno se reducían a un mero 4%.
Aunque la compañía logró recuperarse de forma sustancial de los efectos de la pandemia, la relación de confianza con los fundadores se fracturó irreversiblemente. Primero fue Roures quien fue forzado a abandonar la productora que él mismo había fundado a finales de 2023, en una salida marcada por acusaciones mutuas y una posterior demanda judicial.
Precisamente, hace unos meses, Mediapro presentó una demanda en los juzgados contra su cofundador y expresidente, Jaume Roures. La demanda se centra en una presunta apropiación indebida de las acciones de Versátil Cinema, una productora cinematográfica que continúa administrando Roures, pero que Mediapro considera de su propiedad.
El Juzgado de Instrucción número 25 de Barcelona ya ha admitido a trámite la demanda. Mediapro argumenta que Versátil Cinema forma parte de su grupo empresarial, y que Roures era administrador y accionista en representación de Mediapro, no a título personal. La complejidad de este asunto radica en el hecho de que de Mediapro dependían unas sesenta sociedades en las que aparecía el nombre de Roures, solo o junto con Benet, sin que quedara siempre claro si actuaban como representantes del grupo o como propietarios personales.
Ahora, con la salida de Benet y el nombramiento de Oslé, Orient Hontai abre un nuevo capítulo para Mediapro, una empresa que tiene 7.000 trabajadores y una presencia internacional relevante. El reto del nuevo equipo directivo será doble: por un lado, ejecutar un plan de reestructuración que asegure la viabilidad económica de la compañía en un contexto de pérdida de ingresos; por otro, restaurar la paz institucional y la confianza de los mercados en un grupo que ha sido sacudido por tensiones internas y conflictos judiciales.
La designación de Oslé, un profesional respetado en el sector con experiencia en grandes compañías, parece ir en la dirección de dar estabilidad y credibilidad a un proyecto que necesita con urgencia recuperar el camino del crecimiento y la rentabilidad. El relanzamiento de Mediapro se anticipa como uno de los procesos empresariales más complejos y observados del panorama audiovisual de los próximos meses.