Nicolas Sarkozy dormirá este martes 21 de octubre en la cárcel. Está previsto que el ex jefe de Estado francés llegue esta mañana a la cárcel de La Santé, en París, donde será encarcelado casi un mes después de ser condenado por asociación ilícita en el caso de la presunta financiación libanesa de su campaña presidencial del año 2007. Se trata de la primera vez que un expresidente de la República Francesa (2007–2012) es encarcelado. Sarkozy ha salido de su domicilio en el distrito XVI de París hacia las 9.10 horas de la mañana, de la mano de su mujer, Carla Bruni, y acompañado por sus hijos y hermanos. Ante la residencia, cerca de un centenar de personas se habían congregado para mostrarle apoyo. Después, el ex jefe de Estado ha subido a un vehículo para dirigirse a la cárcel de La Santé, situada en el distrito XIV de la capital francesa. Ha llegado antes de las 10 de la mañana.
🔴 El expresidente 🇫🇷 Nicolas #Sarkozy saludó a sus partidarios a la salida de su domicilio. Ahora está de camino a la prisión de la Santé, donde será encarcelado ⤵️ pic.twitter.com/NvIVketCE8
— FRANCE 24 Français (@France24_fr) October 21, 2025
Manifestantes concentrados frente a la casa de Sarkozy
Desde primera hora de la mañana, varias decenas de personas se han concentrado en los alrededores de su domicilio, convocadas por su familia, para apoyarle en el momento en que ha abandonado su casa para dirigirse al centro penitenciario. Entre banderas francesas colgadas de las vallas y una gran presencia mediática, sus partidarios han expresado emoción e indignación.
“Sarkozy es una persona maravillosa, con todo lo que ha hecho”, ha declarado Marie-Joséphine Paysa, una vecina de 80 años. Otro hombre, François, de 66 años, con lágrimas en los ojos y que se negó a dar su apellido, ha denunciado un “juicio político” y ha afirmado que estaba allí “por la democracia”. “¡Estamos en la Unión Soviética!”, gritaba otro manifestante.
Un importante dispositivo de seguridad rodeará la prisión de La Santé en el momento de su ingreso. Tan pronto como Sarkozy sea encarcelado, sus abogados presentarán una solicitud de libertad provisional. Los tribunales tendrán un plazo de hasta dos meses para resolverla, pero se espera que la decisión llegue antes.
— Nicolas Sarkozy (@NicolasSarkozy) October 21, 2025
Cinco años de prisión para Sarkozy
El 25 de septiembre pasado, el Tribunal Penal de París condenó a Sarkozy a cinco años de prisión, tras considerar probado que permitió, de manera consciente, que sus colaboradores Claude Guéant y Brice Hortefeux mantuvieran contactos con un alto responsable del régimen de Moammar al-Gaddafi en Trípoli, para hablar de la supuesta financiación secreta de la campaña presidencial de 2007.
El expresidente, que niega rotundamente las acusaciones, ha presentado recurso contra la sentencia. Esta nueva condena se añade a otros procedimientos judiciales que Sarkozy tiene pendientes, y pone un nuevo foco de atención sobre la relación entre política y justicia en Francia.
Los privilegios de Sarkozy en la cárcel
A pesar de haber sido condenado por corrupción y tráfico de influencias, Nicolas Sarkozy no cumplirá su pena como un preso común. El expresidente francés ha sido ubicado en un módulo reservado de la prisión, donde disfruta de condiciones notablemente más cómodas que el resto de internos. Ocupa una celda individual equipada con ducha privada, escritorio, televisión y una línea telefónica controlada, un lujo casi inexistente dentro del sistema penitenciario francés. Este módulo está destinado a reclusos de alto perfil o con necesidades especiales de seguridad, y ofrece más privacidad y confort, aunque bajo vigilancia permanente y con movimientos restringidos.
Su entorno defiende estas condiciones como una medida de protección necesaria, teniendo en cuenta su notoriedad pública y los riesgos que supondría convivir con otros presos. Sin embargo, para muchos sectores de la opinión pública y parte de la clase política, estos privilegios ponen en cuestión la igualdad ante la ley y evidencian un trato de favor hacia las élites. Mientras la mayoría de los 700 internos comparten celda y disponen de recursos limitados, Sarkozy puede recibir visitas tres días a la semana —incluidas las de Carla Bruni y su equipo jurídico— y dispone de un espacio para hacer ejercicio físico de forma privada, en un régimen que contrasta fuertemente con la realidad penitenciaria habitual.