El sudafricano Kevin Anderson ha salvado una pelota de partido y ha conseguido lo que parecía imposible: vencer Roger Federer en el templo del suizo en Wimbledon. Un resultado de 2-6, 6-7 (5), 7-5, 6-4 y 13- 11, para llegar por primera vez a las semifinales de este Grand Slam.

El gigante de Johannesburg ha cambiado el signo del partido cuando en el tercero set, con 5-4 para el de Basilea, y sirviendo el sudafricano, un tiro de revés de Federer se ha marchado a la red. Se esfumaba así una bola de partido para el suizo, que casi dos horas después, perdía por primera vez en Wimbledon, desde las semifinales de 2016, contra Milos Raonic.

Relegado en la pista 1, saliendo de la central del club, por primera vez en tres años, Federer sucumbió después de ganar los dos primeros sets, disminuido físicamente, sin velocidad en sus desplazamientos, y confiando únicamente en su servicio, en cuatro horas y 14 minutos, con 90 minutos en el último set, gran batalla cerrada con un punto de servicio de Anderson.

Ya no podrá ganar por novena vez el título al All England, y no igualar así con la norteamericana de origen checo Martina Navratilova. Tampoco hacerse con su título 99. La de este miércoles es la segunda catástrofe sobre hierba en menos de tres semanas, después de caer en la final de Halle con el croata Borna Coric. Anderson se ha convertido en el primer sudafricano en conseguir llegar a las semifinales de Wimbledon desde Kevin Curren en 1983.