La venganza es un plato que se sirve frío y esto lo sabe muy bien Carlos Alcaraz. Más de ocho meses después de su dolorosa derrota en los cuartos de final del Open de Australia, el tenista murciano se ha podido vengar del veterano Novak Djokovic y ha accedido a la final del US Open (4-6 / 6-7 / 2-6). Ha sido un partido bastante igualado, pero la juventud del número 2 del mundo se ha impuesto en los momentos claves. Con este triunfo, Alcaraz vuelve a una final en Nueva York tres años después. Será su tercera final consecutiva en un Grand Slam. Ahora faltará ver si su rival será el de siempre, Jannik Sinner, que intentara conseguir su billete en la segunda semifinal de la jornada contra Auger-Aliassime.

Carlos Alcaraz pone la directa hacia la final

En una Arthur Ashe llena de arriba abajo y alumbrado por un solo radiante, el partido ha arrancado cargado de respeto en las dos direcciones. Novak Djokovic sabía que tenía que completar un partido casi perfecto si quería volver a una final de Grand Slam, mientras que el murciano era consciente de que no podía relajarse ni un instante si no quería volver a caer en la trampa del veterano tenista serbio, tal como sucedió en el pasado Open de Australia. Todo sumado se ha traducido en un primer set muy igualado, decidido con un único break a favor de Carlos Alcaraz, encontrado en el primer juego del partido.

Aunque Djokovic ha tenido momentos brillantes, en los cuales ha intentado conectar con el público para intentar coger alas, la solvencia de Alcaraz en el servicio ha sido insuperable, decidiendo la primera manga a su favor (4-6). En el segundo set, la igualdad se ha mantenido. El primero que ha enseñado los dientes ha sido Nole, con un break que ha hecho levantar al público de sus asientos, pero el murciano no se ha puesto nervioso a pesar de estar tres juegos en contra y ha acabado forzando un tie-break que ha tenido de todo: puntos explosivos, tensión y un nivel de tenis espectacular.

Djokovic se queda sin combustible...

Ahora bien, siempre que los puntos se alargaban, el ganador acaba siendo el mismo: Carlos Alcaraz. El vigente campeón de Roland Garros estaba un punto más enchufado y esto ha acabado decantando el segundo set a favor suyo con un 4-7 en el tie-break que dejaba a Djokovic contra las cuerdas. Era una situación límite para el balcánico, sobre todo físicamente. La edad pesa para todo el mundo y aunque siempre se intentaba aferrar al partido con los momentos de inspiración que dibujaba dignos de la leyenda que es, el combustible no llegaba en los momentos claves.

... y claudica delante de un Alcaraz impasible

De hecho, el tercer set ha sido un mero trámite para Carlos Alcaraz. Con Djokvoic fundido completamente, su victoria ha llegado por la vía rápida, sin sufrir en exceso, con un 2-6 que ha sellado el triunfo del murciano y que lo ha impulsado hacia su tercera final de Grand Slam consecutiva.