La salida de Javier Ortega Smith de la Ejecutiva de Vox culmina una caída política largamente anunciada. Quien durante años fue el número dos del partido, fundador, secretario general y miembro del núcleo más próximo a Santiago Abascal, ha sido finalmente apartado del último cargo orgánico con peso que conservaba dentro de la formación. Vox ha comunicado este martes, mediante una nota breve, su expulsión como vocal del Comité Ejecutivo Nacional. Su lugar lo ocupará Júlia Calvet, diputada en el Parlament de Catalunya y actual portavoz de Juventud del partido, un perfil joven y en ascenso dentro de la nueva estructura impulsada por Abascal.
La decisión pone punto final a un proceso de marginación progresiva de Javier Ortega Smith, uno de los últimos supervivientes del primer Vox. Militar de formación y abogado, fue una figura clave en la construcción del partido, ejerciendo como secretario general entre 2016 y 2022 y como mano derecha de Abascal durante los años de crecimiento electoral. También tuvo un papel destacado como abogado de la acusación popular de Vox en el juicio del procés independentista.
De fundador del partido a ser defenestrado de todos los cargos
Su pérdida de influencia, sin embargo, se aceleró a partir de octubre de 2022, cuando Abascal lo relevó como secretario general y lo sustituyó por Ignacio Garriga. Desde entonces, su rol interno se ha ido diluyendo, de vicepresidente pasó a vocal, y más tarde perdió el cargo de portavoz adjunto en el Congreso. En aquel momento, Ortega Smith admitió públicamente su sorpresa: “Para mí ha sido una gran sorpresa, no le diré que pueda entenderlo como algo normal”. Lejos de apagarse, las tensiones con la dirección se hicieron más visibles. En diversas entrevistas, el exsecretario general criticó la deriva del partido y advirtió que “Vox no nació como una agencia de colocación de amigos”. También reconoció que su relación con Abascal era “distante”. Por otra parte, este 2025 ya se habían visto algunos capítulos de tensión entre Abascal y Ortega Smith a causa de la relación del líder del partido con el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. Ortega Smith se había mostrado crítico con la sumisión de Abascal a las políticas del presidente de EE. UU., poniendo en evidencia una división interna a causa de las alianzas internacionales de la formación.
El nuevo "partido político" de Espinosa de los Monteros, el detonante
Uno de los episodios que precipitó el desenlace fue su asistencia a la presentación de Atenea, el think tank impulsado por Iván Espinosa de los Monteros, otra figura destacada del viejo núcleo duro que ha caído en desgracia. Ortega Smith defendió su presencia con una frase que resonó con fuerza dentro del partido: “Nadie podía molestarse porque fuera a abrazar a un amigo”. En otra declaración posterior, añadió: “Si alguien pretende penalizarme por los amigos que tengo, allá él”.
La purga de los críticos con Abascal
Su caso no es aislado. La salida de Ortega Smith se inscribe en una purga más amplia que ha ido desmantelando el primer círculo de Vox, con nombres como Macarena Olona o el mismo Espinosa de los Monteros fuera de la primera línea. En paralelo, Abascal ha reforzado una nueva generación de dirigentes fieles, como Pepa Millán, José María Figaredo o Carlos Hernández Quero, consolidando una dirección cada vez más homogénea.