Es posible, que no seguro, que Martin Braithwaite no tenga el nivel necesario para ser el 9 killer titular del Barça. Lo que sí que va quedando claro en estos últimos partidos es que Ronald Koeman ha encontrado la fórmula mágica para hacer más llevadera la baja de larga duración de Ansu Fati.
Y ésta, totalmente inesperada, es la de jugar con un delantero centro puro, un referente arriba que fije a los centrales, para dar espacios y multiplicar las opciones del tridente de mediapuntas. Y claro, con este planteamiento en la pizarra, Braithwaite ha pasado del ostracismo a la sonrisa, pues el danés es el único jugador de toda la plantilla con el perfil deseado, y encima está haciendo lo que se le pide, dejarse la piel con y sin el balón en los pies. Si al esfuerzo le añade goles, como hasta ahora, su importancia comienza a ser algo parecido a un error necesario en Matrix.
Braithwaite, siendo felicitado por sus compañeros tras marcar el 0-2 / FCB
Braithwaite, de la oscuridad a la luz en 10 días
Hace 10 días, Braithwaite no llegaba a tener ni la categoría de jugador de rotación. Siendo el único 9 puro de la plantilla, Koeman solo le había dado 44 minutos, repartidos en cinco partidos diferentes, presencias testimoniales en las que el danés no había podido demostrar nada.
Todo cambió hace una semana, en Kíev, cuando Koeman le dio la titularidad en un once plagado de suplentes. Y el experimento salió a las mil maravillas. Braithwaite completó una gran actuación, marcando el 0-1 en un remate de rematador nato y forzando un penalti que él mismo transformó. Y no solo eso, pues su presencia constante en el área le dio un aire a la mediapunta que permitió que la línea posiblemente más importante en el 4-2-3-1 de Koeman pudiera brillar con luz propia.
A Koeman le gustó el resultado, y por eso el técnico holandés no dudó en repetir la estrategia contra Osasuna, en un partido ya más importante, pues el Barça no se podía permitir el lujo de pinchar. Y Braithwaite volvió a sobresalir, oxigenando de nuevo la densidad de piernas en los tres cuartos de campo del Barça y, de postres, con el gol que permitió a los blaugrana abrir la lata rojilla.
Braithwaite ha amargado la noche a los defensores del Ferencváros / FCB
Braithwaite se reivindica en Budapest
Por todo ello, la noche de este miércoles ya no le ha extrañado a nadie que Koeman le diera, por tercera vez seguida, la titularidad a Braithwaite, por delante de tres mediapuntas: Dembélé, Griezmann y Trincao. Y el danés lo ha vuelto a hacer, ha vuelto a ser una pieza clave para entender la excelente primera parte del Barça y, especialmente, de Griezmann y Dembélé. Braithwaite le ha amargado la noche a los centrales del Ferencváros, que no sabían si marcarle cuerpo a cuerpo, si salir al paso de Griezmann o si bascular hacia las internadas de los extremos y de los laterales blaugrana.
Y como ya hizo en Kíev, Braithwaite ha vuelto a marcar un gol de killer puro, al rematar al primer toque un centro de Dembélé, y a provocar un penalti, que en esta ocasión le ha cedido al 11 blaugrana, que lo ha transformado sin titubear.
Sigue siendo posible, que no seguro, que Martin Braithwaite no tenga el nivel necesario para ser el 9 killer titular del Barça, pero lo cierto es que la presencia del danés le ha cambiado la cara ofensiva a los de Koeman, ahora más fluida y alegre. Y encima Braithwaite lleva 4 goles en tres partidos.
Imagen principal: Braithwaite, celebrando el gol que ha marcado contra el Ferencváros / FCB