El Barça paga la exigencia de la temporada y encadena el segundo empate en la Liga. Los blaugrana, en el día de la reaparición de Ousmane Dembélé, no pueden romper el 0-0 contra el Getafe en el Camp Nou y evidencian falta de frescura, sobre todo en ataque, después de un inicio de año muy exigente.

Un experimento obligado

Yerry Mina tardará mucho en olvidar este domingo 11 de febrero. Las bajas en el eje de la defensa han anticipado su debut. Hoy, sin embargo, no se ha descalzado como hizo en su presentación. Mina y Lucas Digne han formado la pareja de centrales que ha tenido que improvisar Ernesto Valverde para jugar contra un Getafe que dignifica el fútbol modesto.

El Barça se había encargado de destacar la importancia del partido después de ver cómo los flashes de la semana se los llevaba la semifinal de Copa del Rey contra el Valencia. El clima y la hora parecían los idóneos para disfrutar de una fiesta de fútbol y goles, pero el Getafe se ha encargado de teñir de gris la tarde de Barcelona.

La afición ha querido proteger a Mina, aplaudiéndolo cada vez que tocaba la pelota. El Barça volvía a tener muchos metros a la espalda de una defensa que hoy era experimental. Y el desgaste de la eliminatoria contra el Valencia se notaba en las piernas de algunos jugadores, como Sergio Busquets y Luis Suárez, especialmente espesos.

La presión del Barça no era incisiva y sí contemplativa. Al equipo le costaba mucho recuperar la pelota en el campo contrario y encadenaba posesiones tan eternas como estériles. Nadie era capaz de cambiar el ritmo de un partido que se jugaba a lo que quería el Getafe. Los dos porteros eran espectadores.

Juego de cartas

El Barça-Getafe enfrentaba dos presupuestos en las antípodas. Uno diseñado para ganar el triplete. Y el otro para mantenerse en Primera División. Las diferencias, sin embargo, se han difuminado sobre el césped. Tal y como pasó en el partido de la primera vuelta.

Los madrileños son unos especialistas en maximizar sus -pocos- recursos. Y han conseguido desconectar al Barça con dos líneas de cuatro perfectamente sincronizadas y dos delanteros sin pudor para defender. Su consigna era evitar que la pelota llegara en condiciones a Leo Messi.

Sergi Roberto ha sido el único aliado de un Barça que celebraba los córners como pequeñas conquistas. Los blaugrana han cerrado una primera parte soporífera sin disparar entre los tres palos. Y han visto cómo el Getafe no tenía problemas para generar ocasiones claras con tres pases al espacio.

El factor Iniesta

El Barça, sin chispa, ha tardado mucho en reaccionar. La segunda parte ha acentuado los planteamientos de unos y otros. El Getafe seguía muy cómodo saliendo al contragolpe y protegiéndose por detrás de la línea del medio del campo. Valverde ha sacudido el banquillo para evitar que la situación se acabara enquistando.

Philippe Coutinho no ha superado la prueba y ha vuelto a demostrar que necesita más minutos para entender a los compañeros. Andrés Iniesta y Ousmane Dembélé han sido los elegidos para intentar romper el empate. Iniesta ha vuelto a demostrar que es imprescindible para ordenar las ideas del equipo. Valverde tiene un problema: no lo puede hacer descansar. Dembélé, precipitado y con ganas de gustar, combinaba conducciones vertiginosas de 40 metros con resbalones incomprensibles.

Yerry Mina ha estado a punto de adornar su debut con un gol, pero sus remates de cabeza se han marchado fuera. El Barça hacía méritos para desnivelar la balanza, pero le faltaba lucidez en los metros finales. La bombilla de Messi no se encendía y el equipo lo notaba. La inercia ha empujado al Getafe hacia su portería, pero al Barça le faltaba energía para afrontar el sprint final.

Paulinho también ha sido incapaz de empujar al equipo en los últimos minutos y, sorprendentemente, el Getafe ha acabado el partido sin sufrir por el resultado. El Barça suma el quinto empate de la temporada y ve cómo el Atlético de Madrid, segundo, se sitúa a siete puntos.