Rosalía ya ha estrenado (oficialmente) Lux. Si bien el miércoles ya se filtró el álbum tanto por WhatsApp como por Telegram y hubo una listening party en el MNAC, este viernes 7 de noviembre era la fecha marcada en el calendario para que el cuarto disco de la artista de Sant Esteve Sesrovires viera la luz de forma oficial. Ya se ha hablado bastante, pero no está de más volver a decir que la cantante catalana se aleja ahora de los hits, del mainstream, de la música urbana y de las motomamis para entregarse a la espiritualidad, en una fusión de pop con música clásica. Lux es sinfónico, operístico y con toques de flamenco, y maximalista pero introspectivo. Canta en trece idiomas, entre ellos el catalán, y colabora con artistas de todo tipo: Björk, Sílvia Pérez Cruz, Estrella Morente, la Escolania de Montserrat y el Cor de Cambra del Palau de la Música Catalana, entre otros.
Con 18 canciones, el álbum está dividido en cuatro movimientos. El primero incluye cinco canciones: "Sexo, violencia y llantas", "Reliquia", "Divinize", "Porcelana" y "Mio Cristo". El segundo, con "Berghain", "La perla", "Mundo nuevo" y "De madrugá". El tercero, con "Dios es un stalker", "La yugular", "Focu ranni", "Sauvigno blanc" y "Jeanne". Y, en el cuarto, "Novia robot", "La rumba del perdon", "Memória" y "Magnolias". Cabe decir que "Focu ranni", "Jeanne" y "Novia robot" son exclusivas del formato físico. Con su estreno oficial, repasamos el nuevo disco, canción a canción.
"Sexo, violencia y llantas"
La primera canción del disco nos introduce a la temática del álbum, la dualidad entre lo que es divino y lo que es terrenal. Si bien siempre se había centrado más en el segundo aspecto, Lux es el momento de explorar el primero: la espiritualidad. Del "sexo, violencia y llantas" a los "destellos, palomas y santas".
"Reliquia"
Justamente, aquí se centra en lo que es terrenal, y hace un repaso a todo lo que ha vivido y perdido viajando por el mundo. Milán, Tokio, Florida, Los Ángeles, Marrakech... y "un mal amor en Madrid". ¿Quién será, quién será?
"Divinize"
¡La esperadísima canción en catalán! Ahora bien, con versos en inglés. El primer punto álgido del álbum aborda el proceso de divinización mediante la historia bíblica de Adán y Eva, y hay quien interpreta que ella es la mesías.
"Porcelana"
Representa la transición de lo terrenal a lo celestial, que observamos en los cambios tanto en las letras como en los sonidos. Se oye una voz masculina que, de momento, aún no identificamos, y que podría representar a Dios. También oímos latín y japonés.
"Mio Cristo"
Ahora, totalmente en italiano, Rosalía se entrega a la fe. "Mio Cristo piange diamantes" es el título completo de la canción, que podemos traducir como "mi Cristo llora diamantes".
"Berghain"
El primer acercamiento que tuvimos a Lux, con la voz divina de Björk y la voz diabólica de Yves Tumor. Un mensaje está claro: la única forma de salvarse es entregarse a Dios.
"La perla"
Todo el misticismo del disco compensa la ausencia absoluta de sutileza en esta canción: una carta abierta contra un hombre, con toda clase de críticas y reproches —con la colaboración de Yahritza—. Parece que Rauw Alejandro ha bebido aceite.
"Mundo nuevo"
La artista catalana no se olvida del flamenco, y confiesa que reniega del mundo. Arrepentimiento total.
"De madrugá"
Continúa la atmósfera flamenca y intenta reconciliar el alma con la pérdida, mediante plegarias a Dios. Esta canción ya es conocida por sus seguidores, ya que la interpretaba en sus conciertos sin estar publicada.
"Dios es un stalker"
Rosalía asume un papel divino, en una declaración de amor que los oyentes pueden interpretar como quieran. Ahora bien, también hay quien dice que es una reflexión sobre su figura.
"La yugular"
Misticismo árabe y lengua árabe. Ella misma lo explicó, que estudió el Islam y la idea de que todos somos una única alma. Termina con un audio de Patti Smith.
"Sauvignon blanc"
El artista abandona todo lo material porque solo necesita el amor divino. Lo deja todo atrás y comienza a vivir con Dios. El "mi" Dios, de hecho, abriendo la puerta a una visión personal de la fe.
"La rumba del perdón"
Estrella Morente y Sílvia Pérez Cruz, con Rosalía, la Santísima Trinidad. Santificada, perdona los pecados de la gente
"Memória"
Ahora, en portugués. Un fado, con Carminho. Una confesión sobre la existencia de recuerdos más reales que otros.
"Magnolias"
En castellano, la Escolanía de Montserrat acompaña a Rosalía en su muerte, después de haber transitado entre lo terrenal y lo divino. Un ataúd con magnolias y un ascenso para encontrarse con Dios para cerrar el disco.
En definitiva, la cantante catalana ha cumplido su palabra cuando aseguró que Lux era el disco más diferente de su trayectoria. Pop experimental y conceptual, un álbum que debe ser escuchado de principio a fin, con la religiosidad, la espiritualidad y Dios presentes en gran parte de las canciones —inspiradas en mujeres santas y en el misticismo femenino—. Y todo, con una Rosalía increíble, capaz de llevar la voz hasta límites que no había transitado. Normal que a la prensa internacional les dejara boquiabiertos