Sanlúcar de Barrameda (entonces Corona castellanoleonesa), 3 de abril de 1526. Hace 495 años. Un grupo naval comandado por Sebastián Cabot y formado por cuatro galeones mercantes (tres catalanes y uno castellano), iniciaban un viaje exploratorio a las islas Molucas, situadas en el Pacífico occidental, y tradicional centro productor de especias. Desde el siglo XIV aquellas islas eran frecuentadas por mercaderes árabes, y solo hacía cinco años (1521) que los navegantes portugueses habían iniciado una tímida y discreta colonización. La expedición de Cabot, que pretendía llegar a las Molucas navegando en dirección oeste (sorteando América por su extremo sur) no alcanzó nunca su objetivo. Pero en el transcurso de aquel viaje, los catalanes de Cabot serían los primeros europeos que fundarían asentamientos coloniales en la región del Río de la Plata: San Lázaro y Fuerte de San Salvador.
¿Cabot era catalán?
Sebastián Cabot era hijo de Joan Cabot, el navegante que había participado en los preparativos del primer viaje colombino (1484-1490); y que, expulsado del proyecto por Colón, lideraría la primera empresa americana de fábrica inglesa (1490-1497). Poco se sabe del verdadero origen de los navegantes Cabot, más allá de la versión tradicional que los determina venecianos, o de algunos estudios más recientes que sitúan su solar familiar en el reino de Nápoles, entonces un Estado del conglomerado catalanoaragonés. Ni siquiera la hipótesis de algunos investigadores, que los relacionan con una estirpe Cabot de Barcelona; ha podido ser confirmada. La única cosa que, hasta ahora, se puede dar por cierta es que los Cabot navegantes, en el transcurso de su vida, tuvieron una intensa relación con las ciudades de Barcelona y de Valencia, y con sus respectivas élites mercantiles urbanas.
Mapa de Terranova (1572) explorada y colonizada por Joan Cabot, obra del cartógrafo Guillaume Le Teste. Fuente: Bibliothèque Nationale de France
¿Quiénes eran los catalanes de Cabot?
En cambio, lo que sí que está probado es la catalanidad de la mayoría de la tripulación de aquella expedición frustrada en las Molucas que, se puede decir que fortuitamente, sería la primera empresa colonizadora en el Río de la Plata. Las fuentes documentales revelan que tres de los cuatro armadores de aquel grupo eran catalanes: Miquel Rifòs, patrón del San Gabriel; Perot Forcadell, patrón del Santa Catalina; y Felipe Ribas, patrón del Trinidad. Entre los tres aportaron la práctica totalidad de la inversión de la empresa: 660.000 morabetinos, El cuarto galeón era el Santa María del Espinar, propiedad de Antón de Grajeda, armador castellano de Sanlúcar muy vinculado a los latifundistas azucareros catalanes de Canarias. Y como mínimo las posiciones más relevantes de aquella expedición, también eran catalanas: Gabriel Rifòs, Antoni Pons o los hermanos Lluís y Joan Ramires, entre otros.
¿Por qué se quedaron en América?
Por qué aquella expedición renunció a su propósito inicial (las islas Molucas) e invirtió todo su esfuerzo en la exploración y colonización del Río de la Plata se explica por varias causas. La primera —y la más decisiva— sería porque la región de Río de la Plata era, en aquellos momentos, totalmente desconocida e inexplorada por los europeos. Pocos años antes (1516) el navegante castellano Juan Díaz de Solís había intentado una empresa exploratoria que había acabado, prácticamente antes de empezar, con un estrepitoso fracaso. Y la segunda —y también importante— serían las riquezas y la ausencia de competencia que —a primera vista— aventuraba el territorio. Por lo tanto —y, sobre todo, considerando el propósito netamente mercantil de la empresa de Cabot y sus catalanes; aquel paro se presentaba más como una oportunidad que como una simple etapa del viaje.
Representación de los conflictos entre colonos y nativos (1572) obra del cartógrafo Guillaume Le Teste / Fuente: Bibilothèque Nationale de France
¿Qué colonias fundaron a aquellos catalanes?
Aquella empresa fundó dos colonias: San Lázaro y Fuerte San Salvador. La primera estaba situada en la desembocadura del Río de la Plata (prácticamente ante el actual Buenos Aires). Y la segunda fue emplazada ciento cincuenta kilómetros río arriba (muy cerca de la actual ciudad de Rosario). Estas dos colonias fueron pobladas, exclusivamente, por tripulantes de la expedición. El propósito de Cabot y de sus armadores catalanes era dejar dos grupos de tres o cuatro docenas de hombres en cada asentamiento, y retornar a la península en busca de medios y recursos para consolidar la empresa colonizadora. Todo eso pasaba diez años después del intento de Solís (1516); pero diez años antes de la primera fundación de Buenos Aires (1536).
¿Qué pasó con las colonias catalanas de Río de la Plata?
La colonización de aquella región fue lenta. Buenos Aires, fundada en 1536 a bombo y platillo por la monarquía hispánica, fue abandonada en 1538; y no fue restaurada hasta 1580. Con San Lázaro y San Salvador, creadas por iniciativa privada, pasó lo mismo: fundadas en 1526, fueron abandonadas en 1527, a causa de la hostilidad de los indígenas que diezmó notablemente el colectivo catalán. San Salvador fue restaurada el siglo XVII por una comunidad franciscana y renombrada Sancti Spiritus. San Lázaro no fue restaurada nunca. Pero las noticias de la empresa de los catalanes de Cabot, impulsarían la creación de las misiones jesuíticas de la región (1588); obra de Joan Saloni (La Granadella, les Garrigues, 1540 – Lima ?); que, durante siglos, contrapesaron el régimen opresivo que los encomenderos castellanos ejercían sobre las comunidades indígenas.