Desde el año 1887, la familia Alsius de Banyoles ha custodiado uno de los fósiles humanos más importantes de Europa, que todavía hoy atrae estudios científicos internacionales para determinar la especie de homínido a la que pertenece, ya que ha sido datada de hace entre 40.000 y 80.000 años. La conocida como Mandíbula de Banyoles, que fue descubierta en una cantera de la localida de Banyoles, concretamente en el Pla de la Formiga, se ha mantenido en manos de la familia de Pere Alsius, el farmacéutico que la extrajo de la piedra de travertino donde la encontró el picapedrero Llorenç Roura. Ahora, la familia ha decidido ceder el fósil “a la ciudad de Banyoles”, un gesto que el alcalde de la localidad, Miquel Noguer, ha calificado “de acto histórico”, destacando que “ahora era el momento”, una vez finalizadas las obras del museo y reforzadas las medidas de seguridad.
“La pieza estrella” del nuevo Museo Arqueológico Comarcal
Hasta ahora, en el Museu Arqueològic, solo se podía ver una reproducción en yeso de la mandíbula de Banyoles. Pero cuando el equipamiento reabra sus puertas, “antes de Navidad”, según ha avanzado el alcalde, el público ya encontrará el original. Considerada uno de los fósiles humanos más relevantes de la península Ibérica, la mandíbula se mostrará por primera vez al público gracias a la remodelación del museo y la mejora de las medidas de seguridad, que han hecho que la familia haya decidido cederla al consistorio. Según el concejal de Cultura, Miquel Cuenca, la mandíbula será “la pieza estrella” del museo, una especie de “la Mona Lisa del Louvre”, pero con un “importante valor científico”. Uno de los representantes de la familia Alsius en el acto de donación, Esteve Alsius, ha confirmado que habían recibido “diversos intentos” para que la Mandíbula para que “no quedara arrinconada en un extremo de España”, pero ha especificado que la voluntad de su padre y de las generaciones anteriores era que se expusiera en Banyoles.
Los estudios continúan
El fósil sigue siendo objeto de estudio para determinar si pertenece a un individuo neandertal, tal como se aseguró en un primer momento, o a una mujer sapiens, como apuntan estudios recientes. Rosa Alsius, otra integrante de la familia bañolina que lo ha custodiado hasta ahora, ha explicado que, “actualmente, el Instituto de Antropología Evolutiva Max Planck de Alemania está haciendo un estudio de uno de los dientes para secuenciar el ADN”. El análisis del ADN podría revelar si se trata de un sapiens, un neandertal o incluso un híbrido. La mayor parte de antropólogos coinciden en el hecho de que la mandíbula pertenecía a una mujer de unos 40 o 50 años, con un acentuado desgaste dentario producido por una alimentación rica en pescado seco, o bien porque masticaba continuamente pieles de animales para adobarlas.
