Josep Cots (Manresa, 1942) es el editor de 1984, una editorial con una gran trayectoria, que tanto publica a autores catalanes como extranjeros, y combina a autores clásicos con contemporáneos (desde Juli Vallmitjana a Ramon Mas, y de Jack London a Jean Hatzfeld). Edicions de 1984 publica narrativa, poesía, teatro, ensayo... En 2017, Cots fue galardonado con el Premi Nacional de Cultura por su labor como editor. En una entrevista con El Nacional hace una valoración de La Setmana del Llibre en Català.

¿Qué ventajas ofrece a los editores la Setmana del Llibre en Català?
No se pueden entender las ventajas que supone la Setmana del Llibre en Català para un editor pequeño, sin entender la proyección que ha ganado en los últimos cinco o seis años. Cada vez más, la Setmana se convierte en una manifestación de la potencia de la empresa editorial en catalán, y es el marco donde se presentan las novedades de la reanudación del curso tras el verano. Gracias a la Setmana, los editores pequeños y medios tomamos más relieve; se visibiliza más nuestra capacidad.

La Setmana durante mucho tiempo fue arriba y abajo, cambiando de sitio y de formato. ¿Cree que ahora se ha acertado y que este formato y este emplazamiento son los buenos?
Yo creo que en principio está bien, aunque no excluyo que evolucione. Ahora tenemos un límite de espacio. Pero este espacio está muy bien, está muy consolidado, tanto por parte de la oferta como de la demanda. Si se desarrolla la Setmana, yo creo que se tendría que hacer desde aquí. Sería un error desplazarla. Nos ha costado mucho llegar hasta aquí. La plaza de la Catedral es un buen sitio, para un acontecimiento que tiene una parte de salón y otra de feria. A partir del miércoles vendrán 18 editores extranjeros, con los que queremos establecer pactos de compra y venta, y eso potencia el carácter de feria que quiere tener la Setmana...

¿La Setmana sirve para arrastrar ventas y para dar visibilidad al libro en catalán?
Sí, antes en el mercado editorial catalán sólo había la punta de Sant Jordi y la de Navidad. La Setmana no deja de ser una conexión entre una y otra. A medida que este acontecimiento crece, permite que un autor que por Sant Jordi funciona no se muera durante el verano, sino que reviva y dure hasta la Navidad... Antes, quedaba un hueco terrible. Costaba mucho arrancar tras el verano.

En La Setmana hay 183 sellos, y queremos que estén todos ellos

Como novedad de la Setmana, la organización ha establecido que cada libro sólo podrá estar en un stand. ¿Cómo lo ve?
Eso se debe a la afluencia de las editoriales. Las librerías antes ofrecían de todo, pero ahora para que haya una muestra efectiva de todos los sellos editoriales se ha limitado la presencia de las diferentes colecciones a un solo stand. Yo creo que eso tiene que funcionar bien... Hay 183 sellos, y queremos que aquí estén todos presentes. Empezamos que éramos cuatro y para nosotros es muy importante que ahora estemos tantos.

¿Hacia dónde cree que tiene que avanzar la Setmana?
La Setmana tiene que ofrecer más calidad, con más y mejores actividades, con más proyección internacional... Hemos conseguido mucho y ahora tenemos que avanzar y dar consistencia a ciertas cosas.

En algunos campos editoriales, todavía estamos a cero

En la Setmana se puede ver el gran potencial del libro en catalán, pero también sus carencias: no hay casi nada de cómic, ni de libro técnico... ¿En qué situación se encuentra, hoy por hoy, el libro en catalán?
El panorama del libro en catalán es muy limitado. Hay campos que no están bien reflejados en la producción editorial catalana: ni el cómic, ni la novela fantástica... En algunos campos todavía estamos en mantillas... Uno de los ámbitos en que el mundo editorial catalán se encuentra muy cojo es el del ensayo. Y me refiero al campo del ensayo, no al de la no ficción, que es una sopa, donde hay de todo... Una parte del ensayo catalán se consolida, cada vez se ve más, pero hay muchas carencias. Si hubiera un mercado normalizado de las traducciones de ensayo de fuera, eso también estiraría a la producción de ensayistas catalanes. Pero ahora la gente ya no se preocupa de buscar libros de ensayo en catalán; tiene el hábito de comprar el ensayo en castellano.

¿Y cómo funciona el mercado editorial para niños y para jóvenes?
Si coges las estadísticas de la producción editorial catalana, ves que el libro de texto representa mucho... Y si le añades la literatura infantil y juvenil, todo junto representa más del 50% de la producción. Eso es demasiado... Y en cambio el libro de literatura, tanto de producción propia como traducida, representa demasiado poco...

El problema que hemos tenido en materia cultural es que hemos sido pobres de espíritu

¿De dónde cree que surge el problema del mercado editorial?
Históricamente el problema que hemos tenido en materia cultural es que nunca hemos explotado a fondo las competencias que nos atribuyeron. No hemos explotado lo que políticamente podíamos hacer. Hemos sido pobres de espíritu. Hasta el año pasado, por decisión de Santi Vila (una cosa que se le tiene que reconocer), no tuvimos una dotación mínimamente potable para hacer traducciones de grandes obras internacionales... También habría que cambiar las políticas de prescripciones escolares. Porque la literatura es el alma de la lengua. Si separas la enseñanza de la lengua de su espíritu, se acabó... No haces nada...

¿Cree que hay margen para aumentar el mercado editorial catalán?
Sí. Es una cuestión de política educativa y cultural. Somos la cantidad de población que somos, pero el mercado podría crecer con una buena política cultural y educativa. Si enseñamos a los niños a leer, y cuando son adultos tenemos unas cuotas editoriales normales, con una oferta completa, con unos cuantos años crecería el público lector. En los últimos seis o siete años hemos hecho crecer el número de lectores en catalán, del 22 al 27%, un porcentaje similar a lo que creció en tiempo de la República. Pero todavía estamos en porcentajes muy bajos en relación con el castellano, y eso en buena parte viene condicionado por la oferta, y por la prescripción escolar...

Quien venga a la Setmana quedará sorprendido por la calidad y la cantidad de la oferta de lo que encontrará

¿Cómo convencería a alguien para que visitara la Setmana del Llibre en Català?
Le diría que venga porque se quedará sorprendido por la calidad y la cantidad de la oferta de lo que encontrará... Haciéndome un poco de autobombo, en nuestra editorial encontrarán una traducción fenomenal de Llum d'agost de William Faulkner, una antología que recoge más del 50% de la obra poética de W.H. Auden, en versión bilingüe inglés-catalán, traducida y seleccionada por Marcel Riera, y también la primera novela de Juli Vallmitjana, A la ciutat vella, en una edición de Enric Casassas. Pero eso sólo es una pequeña muestra de las muchas obras interesantes que encontrará en la Setmana.