Nombre fundamental de nuestra literatura en la Catalunya Nord, casi 25 años después de la publicación de Les lletres d’amor no serveixen de res, Joan Daniel Bezsonoff vuelve a la "la quinta ciudad de Francia" con su nueva novela, El diable es va aturar a Orà. Un relato, tan breve (poco más de cien páginas) como adictivo, esculpido con su inconfundible estilo de sentencias cortas y afiladas que no requieren de grandes artificios para decirlo todo. Una historia que tomala apariencia de la literatura criminal con reminiscencias a las mejores obras de Simenon, pero que se acaba convirtiendo en un retrato sentimental, personal y colectivo (extremadamente detallista), de la ciudad argelina de Orán en la primera mitad del siglo XX, aquella en que entonces el catalán era un idioma que se escuchaba por sus calles con casi la misma frecuencia que el árabe o el francés.

Iniciaste la novela el 10 de mayo de 2020 y la finalizaste el 3 de junio de 2022. Podríamos decir, pues, que este es un relato pandémico.
No lo había pensado, pero ahora que lo dices...

¿Era esta una historia que hacía tiempo que querías explicar y guardabas en un cajón esperando el momento oportuno para darle vida?
Sí y no. La parte políciaca hace unos diez años que pienso; pero la parte oranesa, por así decirlo, es mucho más reciente. Publiqué en 1998 Les lletres d’amor no serveixen de res, una novela ya ambientada a Orán. Tenía ganas de volver.

Me interesa visitar universos desaparecidos. Me hace soñar

¿El diable es va aturar a Orà es una novela de asesinatos con un trasfondo de crónica sentimental (personal y colectiva), o una crónica sentimental disfrazada de novela de asesinatos?
La segunda parte. A mí me interesa visitar universos desaparecidos. Me hace soñar.

Porque ¿tú eres amante de las novelas de misterio y asesinatos?
No me apasiona la novela negra, pero me interesa. Soy uno sentimental. He leído a los clásicos, sin embargo. Chandler, Hammet, Goodis, Simenon, Rafael Tasis, Maurice Leblanc (muerto en Perpinyà, porcierto), Conan Doyle, Léo Malet, Jaume Fuster, C.A Jordana. Me gustan los filmes negros de los años 1940-1950 con Bogart, Jean Gabin, Raymond Rouleau y Eddie Constantine.

Volviendo a la crónica sentimental, ¿cómo te lo has hecho para dar una visión tan detallista de la ciudad de Orán en la Argelia de la década de los años 50 del siglo XX?
No tengo ningún mérito. Hace 30 años que me apasiona el tema. Pero me ha encantado la parte de trabajo de documentación. He hablado con gente que ha vivido allí, he leído muchos libros y he trabajado con dos herramientas extraordinarias: el archivo del diario El Écho d'Oran y, sobre todo, la guía telefónica del departamento de Orán de 1961. Una mina para un novelista.

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Jean-Daniel Bezsonoff acaba de publicar su nueva novela El diable es va aturar a Orà / Foto: Roberto Lázaro

Hay otro punto interesante de la novela, que es el de explicar la migración catalana en Argelia. ¿Era un deseo voluntario cuando iniciaste el relato?
No especialmente. Es un tema lo bastante conocido, diría.

Fruto de eso, El diable es va aturar a Orà es como un muestrario de las muchas hablas de nuestro idioma.
Me encantan los idiomas. Tengo nociones de 10 lenguas. Me gustaría conocer una quincena. Cuando me haya jubilado, trataré de consolidar mi ruso.

Hablando de idioma, no puedo evitar preguntarte por la salud del catalán en el norte del país, más en un momento como el actual en que en el principado su uso parece estar en retroceso.
¡Hombre! El catalán en el norte está enfermo, pero todavía va tirando. Para dar una nota optimista, hace 40 años que digo que el catalán es muerte, pero todavía lo digo.

El catalán en el norte está enfermo, pero todavía va tirando

¿Qué queda al país que describes en tu novela?
No he estado nunca en Argelia. Del país quedan los monumentos, los paisajes y, supongo, los olores

Porque ¿personalmente, donde te sientes más cerca y afín, en la sociedad actual o la que nos muestras a El diable es va aturar a Orà?
Odio nuestra época. Excepto pocas excepciones como el maestro Woody Allen, nada me interesa en la vida artística actual. ¡Perdón! Yo soy un fan de Frank Sinatra, Luis Mariano, Nat King Cole.

Excepto pocas excepciones como el maestro Woody Allen, nada me interesa en la vida artística actual

Hacia el final del libro aparece un novelista del cual dices que "le costaba ir más allá de las cien páginas"... ¿Es un ejercicio del paraliteratura en en el que te has colado en tu propia novela?
Supongo que sí, pero todavía no me han asesinado y no soy alcóholico. ¡Pobre Nahon!