El glucógeno es un elemento crucial en el metabolismo energético del cuerpo humano y de otros animales. Compuesto por cadenas largas y ramificadas de moléculas de glucosa, este polisacárido desempeña un papel fundamental como reserva de energía de rápida disponibilidad. Su función y metabolismo son esenciales para comprender cómo nuestro cuerpo gestiona la energía durante diferentes estados de actividad y reposo.

glucógeno
El glucógeno juega un papel esencial durante el ejercicio/ Foto: Unsplash

 

En los músculos, el glucógeno sirve principalmente como una fuente interna de combustible durante el ejercicio

 

Estructura y ubicación

El glucógeno se estructura de forma similar al almidón en las plantas, pero es más densamente ramificado y compacto. Esta estructura le permite ser descompuesto rápidamente cuando se necesita energía. Principalmente, se almacena en el hígado y en los músculos esqueléticos, aunque también se encuentra en menores cantidades en otros tejidos como el cerebro y los glóbulos rojos.

 

Función en el hígado

En el hígado, el glucógeno funciona como un regulador de la glucemia —el nivel de glucosa en la sangre— entre comidas. Cuando los niveles de glucosa sanguínea disminuyen, el hígado descompone el glucógeno en glucosa y la libera al torrente sanguíneo. Esto asegura que, independientemente de la ingesta alimentaria, los niveles de glucosa se mantengan dentro de un rango adecuado, proporcionando energía constante a las células del cuerpo, en particular a las neuronas cerebrales, que dependen casi exclusivamente de la glucosa como fuente de energía.

 

Función en los músculos

En los músculos, el glucógeno sirve principalmente como una fuente interna de combustible durante el ejercicio. Al inicio de una actividad física, especialmente si es intensa y rápida, los músculos utilizan la glucosa del glucógeno almacenado para obtener energía inmediata. Este proceso es anaeróbico al principio, lo que significa que no requiere oxígeno. La disponibilidad rápida de energía permite a los músculos responder eficazmente a las demandas del ejercicio.

 

Importancia durante el ejercicio

El contenido de glucógeno muscular puede determinar cuánto tiempo y con qué intensidad puede ejercitarse una persona antes de fatigarse. Cuando las reservas de glucógeno se agotan, los músculos se cansan y el rendimiento disminuye, un fenómeno comúnmente conocido como "golpear el muro". Por ello, los atletas a menudo aumentan sus reservas de glucógeno antes de competiciones importantes a través de una técnica conocida como "supercompensación de glucógeno", incrementando la ingesta de carbohidratos.

 

Síntesis y degradación

La síntesis (formación) y la degradación del glucógeno son procesos metabólicos regulados por hormonas como la insulina y el glucagón, así como por la adrenalina. La insulina promueve la formación de glucógeno después de las comidas cuando los niveles de glucosa y energía son altos. Por otro lado, el glucagón y la adrenalina estimulan la descomposición del glucógeno cuando el cuerpo necesita energía adicional.

 

Conclusión

El glucógeno es más que simplemente una reserva de energía; es una pieza clave en el equilibrio energético y metabólico del cuerpo. Comprender su funcionamiento ayuda a entender cómo nuestro cuerpo responde a diferentes demandas energéticas y cómo puede ser manipulado para mejorar el rendimiento en actividades como el deporte y la respuesta a situaciones de estrés. Para mantener óptimas las reservas de glucógeno, es fundamental una dieta balanceada y un manejo adecuado del ejercicio y el descanso.