La obesidad es un factor de riesgo tanto para la diabetes tipo 2 como para varios tipos de cáncer. En los pacientes con obesidad, el riesgo de sufrir cáncer se puede reducir después de una pérdida de peso importante y duradera. Pero se han realizado relativamente pocos estudios sobre la asociación entre la pérdida de peso, el riesgo de cáncer y el control de la glucosa en pacientes con obesidad y diabetes tipo 2.

Lo cierto es que un buen control de la glucosa en sangre es importante para reducir el riesgo de cáncer en la obesidad y la diabetes tipo 2. Según muestra un estudio de la Universidad de Gotemburgo publicado en la revista Diabetes Care, la reducción del riesgo de cáncer puede ser de hasta un 60%.

Los investigadores estudiaron a un grupo de 393 personas con diabetes tipo 2 que se sometieron a cirugía bariátrica y las compararon con un grupo de control de 308 personas con las mismas características clínicas; es decir, tenían obesidad severa y diabetes tipo 2, pero no se habían sometido a cirugía bariátrica. En otros aspectos, como en términos de composición de género, glucosa en sangre y tabaquismo, los dos grupos eran comparables.

En el grupo de la cirugía, 68 personas (aproximadamente el 17 por ciento) desarrollaron cáncer en paralelo con una pérdida de peso significativa. Los correspondientes casos de cáncer en el otro grupo ascendieron a 74 (24 por ciento), mientras que estos individuos mantuvieron su condición de obesidad severa. Se realizó un seguimiento durante 21 años. En general, el riesgo de contraer cáncer fue un 37 por ciento menor en el grupo que se sometió a una cirugía de obesidad.

Mujer sobrepeso

Sin embargo, la mayor diferencia se observó cuando se analizó el riesgo de cáncer en los pacientes que lograron un control normal de la glucosa y no tuvieron una recaída de la diabetes durante un período de diez años. Entre estos pacientes, la incidencia de cáncer fue solo de 12 de 102 (12 por ciento), contra 75 de 335 (22 por ciento) en el grupo cuya diabetes había reaparecido en el mismo período. Por tanto, los resultados muestran una reducción del 60% en el riesgo de cáncer en el grupo en el que se mantuvo el control normal de la glucosa durante 10 años.

“Lo que vemos es que, entre los pacientes con diabetes tipo 2, muchos casos de cáncer se pueden prevenir”, aseguran los expertos. “La epidemia mundial de obesidad y diabetes conduce a un mayor riesgo de cáncer, así como a un mayor riesgo de muerte prematura. Se ha estimado que, durante los próximos 10 a 15 años, la obesidad puede causar más casos de cáncer que fumar en varios países. Este es un claro ejemplo de la gravedad de la afección”, explican.

Se necesitan estrategias para prevenir este desarrollo, y estos resultados pueden proporcionar una guía vital para la prevención del cáncer en pacientes con obesidad y diabetes tipo 2.