A nadie le gusta que le mientan, pero siendo realistas, todos, en algún momento de nuestra vida, hemos mentido. Una investigación que concluyó que las personas mentimos entre 10 y 200 veces al día, ya que muchas veces decimos solamente parte de la verdad. Somos seres sociales, y solemos adaptar muchas frases a lo que se considera socialmente aceptable.
Además, según estudios de la facultad de Psicología de la Universidad de Massachusetts, decimos entre dos y tres mentiras en los 10 primeros minutos de una conversación con alguien que conocemos desde hace poco. La mentira ocurre muchas veces para proteger nuestra propia autoestima.
Varias mentiras peligrosas que nos decimos a diario
Las personas solemos autoengañarnos muchas veces para mantener nuestra autoestima intacta. Pero, ¿cuáles son las mentiras que decimos con más frecuencia en nuestro día a día?
Somos seres sociales, y solemos adaptar muchas frases a lo que se considera socialmente aceptable.

1. Mañana lo dejo
Esta frase suele aplicarse muchas veces, por ejemplo, cuando una persona es fumadora y sabe cuáles son las consecuencias negativas para su salud. Los fumadores, pese a saber que fumar les perjudica, siguen haciéndolo. El caso de los fumadores es un ejemplo clásico de disonancia cognitiva, una teoría muy estudiada que se define como la ansiedad, tensión o incomodidad que una persona experimenta cuando sus creencias y actitudes entran en conflicto con sus comportamientos. Esta ansiedad provoca que la persona se autoengañe para reducir el malestar.
2. Mañana empiezo
El “empiezo mañana” es todo un clásico de aquellas personas que tienen el hábito de postergar sin ninguna justificación válida sus tareas o actividades. Es lo que se conoce como procrastinación, y es más común de lo que parece. De hecho, una encuesta llevada a cabo a 1347 sujetos demostró que uno de cada cuatro tenía una fuerte tendencia a procrastinar.
3. La vida es de color de rosa (falso optimismo)
El optimismo puede ser una gran virtud a la hora de vivir una vida feliz y plena, porque los individuos optimistas ven el lado bueno de la vida y lo positivo, en vez de recrearse en lo negativo. Las personas optimistas suelen no compararse con los demás, son realistas, saben automotivarse, disfrutan del presente, saben lo que quieren, tienen una autoconfianza alta, pasan de las críticas, tienen el control de su vida y son sinceras consigo mismas.
Pero esto nada tiene que ver con el falso optimismo, que es aparentar ser una persona optimista y creer que la vida es de color de rosa. El falso optimismo es una máscara que hace que no tengamos que reflexionar sobre la vida y evitemos tomar decisiones comprometidas. Los falsos optimistas no son sinceros consigo mismos, no tienen el control de su vida y tampoco son realistas.
4. Querer es poder
“Querer es poder” es una excelente frase motivadora, que puede ayudar a muchas personas a lograr sus objetivos. Pero esta frase no debe ser empleada al pie de la letra, porque no siempre es cierto que se pueda tener todo lo que se quiera ni llegar a donde uno quiere. Cuando nos ponemos metas y objetivos, deben ser realistas, de lo contrario, pueden llevarnos a la frustración y el malestar.