El huevo es un alimento imprescindible en la cocina. Su uso se extiende a todos los lugares del mundo y abarca un gran número de recetas. Este protagonismo se debe principalmente a tres factores: su versatilidad, su sabor y su proteína de elevada calidad. Sin embargo, a pesar de todas estas virtudes, existen falsos mitos, como la supuesta relación entre huevo y colesterol, hoy día superada, sobre su frecuencia de consumo, o sobre su influencia en algunas enfermedades.

Muchos estudios sobre los efectos del huevo

¿Cuántas veces se puede comer huevo a la semana?

Una persona adulta y sana puede comer entre 6 y 7 huevos a la semana sin que esta ingesta tenga efectos negativos en su salud. Se publicó en The American Journal of Clinical Nutrition un estudio canadiense que afirma que un huevo al día no supone un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular. El equipo de investigadores realizó un seguimiento a 177,000 personas de 50 países distintos en dos fases diferentes (comiendo un huevo a la semana y comiendo siete huevos a la semana). Al final del proceso, los expertos llegaron a la conclusión de que la cantidad de huevos consumida no se asocia significativamente con los lípidos en sangre.

huevo

Huevo, un alimento muy presente

En la década de los sesenta varios estudios demostraron que tener elevados niveles de colesterol en sangre estaba relacionado con un mayor riesgo cardiovascular. Por ello, se pensó que la solución era abandonar el consumo de alimentos que fuesen ricos en este nutriente. De hecho, en 1973 la American Heart Association llegó a recomendar que se redujese el consumo a 3 o 4 huevos a la semana. Dando lugar al mito de que comer más de 4 huevos a la semana es malo.

Con el tiempo se ha descubierto que el colesterol dietético (presente en los alimentos) y el colesterol en sangre no guardan relación directa . Es decir, paradójicamente, tomar alimentos que contienen colesterol no aumenta el colesterol en sangre. Sin embargo, un factor determinante que implica una elevada concentración de colesterol es la cantidad de grasas saturadas presentes en los alimentos. 

¿Y qué ocurre con el huevo? A pesar de que la mayor parte de los alimentos ricos en colesterol son también ricos en grasas saturadas, en el huevo no sucede así. La yema del huevo contiene importantes cantidades de colesterol pero el 60% de sus grasas son insaturadas. Y es que el valor nutricional del huevo es verdaderamente extraordinario. Por lo tanto, el consumo de huevo no está asociado con ninguna repercusión negativa en la salud. 

Así que si eres de aquellas personas que disfrutan de una buena tortilla de patata, o de otra de las casi infinitas recetas que podemos hacer con huevo, no debes preocuparte demasiado por el consumo de huevo.