Después de reiteradas protestas por repetidas actuaciones vandálicas en forma de pintadas y grafitis en espacios patrimoniales de Barcelona, el gobierno municipal ha aprobado este miércoles, en la última comisión del mandato, un nuevo contrato de limpieza de pintadas para el periodo 2024-2026 que incluirá, como novedad, la limpieza de pintadas de mobiliario, de elementos de infraestructura y de elementos patrimoniales, unos ámbitos de actuación que, según el mismo ayuntamiento ha admitido, habían quedado excluidos de los anteriores contratos. La intención, una vez iniciados los trámites de la licitación, es que el nuevo contrato entre en funcionamiento una vez finalice el actual a finales de enero de 2024.

El nuevo contrato cuenta con un presupuesto de licitación de 16 millones de euros repartidos en el periodo 2024-2026 y permitirá aumentar un 30% el número de operarios hasta llegar a las 131 personas, con previsión de subrogación del personal actual. El contrato permite también consolidar todas las aportaciones tecnológicas para la detección y gestión de las pintadas que se pusieron en marcha con el contrato vigente. Este servicio limpia 300.345 metros cuadrados con más de 123.000 actuaciones cada año, según datos de 2022. El contrato se enmarca en plan Cuidem Barcelona, de mejora de la limpieza y el mantenimiento del espacio público en los 10 distritos de la ciudad.

Elementos patrimoniales

La limpieza de pintadas en elementos patrimoniales contará con un servicio adaptado para edificios protegidos en cumplimiento de la normativa vigente en este ámbito y da respuesta a una crítica reiterada por el mal estado de varios espacios históricos de la ciudad, la mayoría situados en el centro, que han sido víctimas reiteradas de este tipo de vandalismo. Hay que recordar que algunos espacios, como el Baluard de Migdia, habían llegado a un alto nivel de degradación, suciedad y vandalismo que había llevado al grupo municipal de Junts per Catalunya a levantar la voz y pedir la dimisión del responsable municipal de Patrimonio, el concejal de Memoria Histórica, Jordi Rabassa, que además es el concejal del distrito de Ciutat Vella.

Después de que el teniente de alcaldía de cultura de la época Trias, Jaume Siurana, lamentara en declaraciones en elNacional.cat el alto nivel de degradación del baluarte, Junts per Catalunya expresó un "grave estado de preocupación por el estado del Baluard de Migdia", una situación que respondía a la "falta de protección de patrimonio en la ciudad". De hecho, el portavoz de Junts, Jordi Martí Galbis, lamentó "el estado de abandono, la falta de promoción del patrimonio catalogado y las múltiples quejas, con un gobierno que cuesta creer que sea tan insensible e incompetente a la hora de preservar un entorno protegido" que, además, tiene un valor simbólico como escenario de los hechos de 1714.