La polémica continúa abierta tras el desalojo de 400 personas, la mayoría inmigrantes, que residían en condiciones pésimas en el antiguo instituto B9 de Badalona. Una parte de los desalojados han entrado en las últimas horas en el antiguo albergue municipal de Can Bofí Vell, clausurado en su día por problemas de seguridad. El hecho se ha producido en un contexto de fuerte tensión social y sin que, según denuncian los afectados, se haya ofrecido ninguna alternativa residencial. Así, la acogida de una quincena de desalojados en la parroquia Mare de Déu de Montserrat se ha suspendido por la presión de un grupo de vecinos que bloqueaban el acceso. Mientras tanto, la controversia sobre qué administración debe hacerse cargo se mantiene mientras el alcalde badalonés, Xavier García Albiol, se ha ratificado en la decisión de echar de la ciudad a los afectados.