Si mala, muy mala, fue la noche del domingo en las filas socialistas, tras los bochornosos resultados obtenidos en Extremadura, la resaca del día siguiente no ha sido mejor: Miguel Ángel Gallardo ha renunciado a su cargo de secretario general del PSOE de Extremadura, pero no así a su acta de diputado en la Asamblea de la comunidad. Vamos, una dimisión orgánica sin efectos judiciales, ya que quiere seguir aforado al estar imputado en el caso del hermano de Pedro Sánchez. El expresidente extremeño Juan Carlos Rodríguez Ibarra, que estuvo al mando de la región durante 25 años, pidió en la reunión en que dimitió Gallardo la abstención de los socialistas para que la presidenta María Guardiola (PP) no dependa de Vox. Los sanchistas se removieron inquietos: la Moncloa no está por aislar a Vox. Tercer susto de la jornada, el resultado municipio a municipio es casi peor que el global, los populares han ganado en 265 municipios, el PSOE en 116 y Vox en cuatro. Gallardo no ha sido capaz ni de ganar en su pueblo, Villanueva de la Serena, donde ha gobernado como alcalde con seis mayorías absolutas. Vox le ha pasado en Cáceres y en un puñado de municipios.

El rojo ganador del PSOE ha dado paso a un dominio importante del azul del PP en el mapa y a una constatación: la suma de las dos derechas recoge el 60% de los votos. La estrategia de Pedro Sánchez no ha podido ser más suicida: ha reducido el auge del PP a 4,4 puntos a cambio de engordar a Vox con 8,8 puntos y perder el PSOE por el camino 14,2 puntos después de pasar del 39,9% de los votos al 25,7% y perder diez escaños de los 28 parlamentarios que tenía. En medio del silencio oficial de Moncloa, un único anuncio: Elma Saiz, la ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, será la nueva ministra portavoz y al frente de la cartera de Educación, Formación Profesional y Deportes; la sucesora de Pilar Alegría será Milagros Tolón, hasta ahora delegada del Gobierno en Castilla-La Mancha y exalcaldesa de Toledo. Ese fue el único anuncio: a Sumar, que se olvide de cualquier remodelación, como ha pedido, por los casos de corrupción, y a García Page, el crítico presidente castellanomanchego, un alfil como ministra por si quiere plantearle batalla Sánchez. Incluso en los momentos de mayor debilidad, Sánchez va a la guerra.

Los socialistas llevaron en Madrid el duelo en silencio. Mirando a Sánchez, pero sin criticarle en público. Esperando algo del prestidigitador que siempre hasta ahora ha encontrado un conejo en el fondo de la chistera. Esta vez, igual no existe. Además, el horizonte judicial no va a darle tregua. Los casos son una decena y todos ellos tienen ramificaciones muy complicadas. Lo último que se escucha en Madrid DF es que el teléfono de Leire Díaz, la fontanera del PSOE detenida y en libertad provisional, es un verdadero almacén de información comprometida. Veremos si es así, porque en Madrid a veces se vende la piel del oso antes de cazarlo. Igual este tema no respeta ni la tradicional tregua navideña. En cualquier caso, la política va a seguir viviendo de las noticias judiciales y eso no es una buena noticia. Menos para el PSOE, que sabe que la prisión ablanda y José Luis Ábalos y Koldo García ya han mandado algunos mensajes de que todo va a ir a peor para los socialistas.

Los socialistas llevaron en Madrid el duelo extremeño en silencio. Mirando a Sánchez, pero sin criticarle en público

El PP no tiene motivos para la euforia, pero sí para la satisfacción. Ha ganado, ha mejorado su porcentaje de votos en cuatro puntos, ha abierto una brecha impensable hace cuatro días con el PSOE y tiene más parlamentarios que la suma de socialistas y Unidas Podemos. La izquierda solo podrá sacar adelante iniciativas si se las vota Vox, algo que los dos espacios medirán muy mucho que suceda en pocas ocasiones por la cuenta que les trae. Los de Abascal han subido y mucho, dejando claro que su techo en España aún no se conoce y eso es una muy mala noticia para el PP, pero no solo para ellos. La alquimia de la Moncloa ha dado el mismo resultado que en otros países que antes ya vivieron el fenómeno de la ultraderecha y en los que el presidente o primer ministro socialista primero jugó a promocionarlos y después también fue fagocitado porque penetró como la pólvora en muchos sectores de la izquierda. El 8 de febrero habrá el segundo round electoral de este nuevo ciclo, en Aragón. En 2023, el PP obtuvo 28 parlamentarios y el PSOE 23 asientos; ahora las encuestas otorgan 29 a los populares y 18 a los socialistas. Si se dieran estos resultados, el mapa quedaría como en de Extremadura: Vox subiendo, pero la suma de los demás liderados por el PSOE, 27 escaños, necesitaría siempre a Vox.