Los restos óseos de hasta veinticinco individuos han aflorado en el Raval de Barcelona en el marco de las obras de reurbanización de los Jardins del Doctor Fleming, en el marco de la remodelación de los entornos del antiguo Hospital de la Santa Creu. En concreto, los esqueletos han aparecido en el espacio ocupado antiguamente por el cementerio del mismo hospital, conocido como el Corralet. La intervención arqueológica, promovida por BIMSA y dirigida por Vanesa Triay (ATICS), se inscribe en el marco de una actuación urbanística impulsada a finales de febrero de 2025, que afecta también la plaza de la Gardunya.

Según ha informado este miércoles el Ayuntamiento de Barcelona, hasta el momento se han localizado dieciocho unidades funerarias con un total de veinticinco individuos (hombres, mujeres y niños) enterrados en conexión anatómica, es decir, con el esqueleto parcialmente o completamente articulado, cosa que indica que los cuerpos no fueron trasladados después del entierro. Los restos, datados del siglo XVIII, estaban depositados en tumbas simples o ataúdes de madera, algunos de los cuales contenían objetos personales como rosarios o medallas. Este hallazgo permite confirmar que el Corralet funcionó como cementerio activo durante más tiempo de lo que se creía, incluso después del decreto de Carlos III de 1775, que prohibía los entierros dentro del núcleo urbano.

Foto: AjBCN
Foto: AjBCN
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Además de estas sepulturas, la intervención ha permitido localizar una gran cisterna en el espacio que los planos antiguos identifican como cuarto para las coladas y patio y lavaderos. Cuando esta estructura quedó en desuso, a mediados del siglo XIX, fue rellenada con una gran cantidad de huesos humanos, probablemente procedentes de una reordenación del cementerio para reconvertirlo en patio. En muchos casos, los huesos se encontraban en semi conexión anatómica, lo cual apunta a una remoción masiva de tumbas y traslado de los cuerpos sin un proceso individualizado. Los trabajos arqueológicos confirman, además, la relación directa de esta área con las prácticas médicas y anatómicas que se llevaban a término. Al lado del Corralet se ubicaban el Aula de Anatomía y el depósito de cadáveres para disecciones, espacios vinculados posteriormente a la construcción de la Reial Acadèmia de Medicina (1764–1786) y su teatro anatómico.

Foto: AjBCN

Este conjunto de descubrimientos arqueológicos abre una nueva ventana a la explicación de la realidad sanitaria y social de la Barcelona de los siglos XVII al XIX, en un contexto de alta densidad demográfica, insalubridad y recurrentes epidemias. Fuentes documentales como el Dictamen de la Academia médico-práctica de Barcelona (1784) ya alertaban de la saturación del Corralet y de las condiciones inhumanas de los entierros. El Hospital de la Santa Creu, fundado en 1401 por el Consell de Cent para unificar varios hospitales medievales barceloneses, ocupaba una posición central en la trama urbana. Su evolución arquitectónica y funcional a lo largo de los siglos —con ampliaciones como la Casa de Convalecencia (1629–1680) o el Aula de Anatomía— refleja la importancia sanitaria y científica del equipamiento.

Los trabajos actuales, que han permitido recuperar restos humanos y estructuras documentadas en planos como los de Francesc Renart (1804) o los Quarterons de Garriga i Roca (1858), representan una oportunidad única para profundizar en el conocimiento histórico del complejo hospitalario y en las prácticas sociales y médicas de aquella época. Una vez finalizada la intervención, todo el material recuperado será analizado por el equipo arqueológico con el objetivo de completar la interpretación del yacimiento e integrar los resultados en el relato histórico del Raval y del sistema sanitario barcelonés.