Las antiguas viviendas para militares de la Ciutadella irán al suelo. La Universitat Pompeu Fabra (UPF) ha impulsado el derribo para poder ampliar su campus. Se trata de cinco bloques de viviendas situados entre las calles Villena y Wellington que pertenecen al conjunto de edificaciones vinculadas a los antiguos cuarteles de Roger de Llúria y Jaume I. Desde 1992 son titularidad de la UPF, pero hasta hace casi tres años todavía había pisos habitados. Ahora, ya sin residentes, se abordará el derribo para liberar unos 15.000 metros cuadrados con los que ampliar las instalaciones universitarias.
Las tareas ya empezaron en verano, cuando se inició un desescombro controlado. Ahora, el siguiente paso es derribar todo el edificio entre finales de año y principios del próximo. Con los miles de metros cuadrados que se liberarán, la idea es hacer zonas "flexibles y polivalentes" para que se les pueda dar un uso u otro en función de las necesidades de la universidad, según explica en declaraciones a la ACN el vicerrector de la UPF Pablo Pareja. Habrá aulas y espacios abiertos para que instituciones de fuera o los mismos departamentos de la universidad puedan trabajar "de forma más colaborativa", apunta Pareja. "Idealmente, lo que encontraremos en los nuevos espacios es, por un lado, muchos más espacios para doctorados, pero también para los de grado", añade.
Una vez completado el derribo de las viviendas, la intención de la UPF es sacar el concurso de arquitectura de manera que en 2026 haya un proyecto ganador con la intención de que se puedan construir los nuevos edificios durante 2027 y 2028. "Si todo va de acuerdo con lo previsto, a finales de 2028 o 2029 deberíamos ver los nuevos edificios", explican desde el centro universitario. El proyecto se hará pensando en integrarse en los cambios que se están haciendo en la zona, dado que en el espacio cercano también se están realizando trabajos para un nuevo complejo de investigación e innovación de unos 45.000 m², donde estaba el Antic Mercat del Peix.
Una pieza de patrimonio: datan de la década de 1880
Los edificios que serán derribados son una pequeña parte del patrimonio histórico de Barcelona, dado que datan de la década de 1880. Cuando en 1868 se derribó la antigua fortaleza de la Ciutadella, uno de los símbolos de la derrota catalana de 1714, el Ministerio de Guerra impulsó la construcción de dos cuarteles militares, Jaime I y Roger de Lauria, junto con unos pabellones anexos. Las viviendas fueron construidas junto a los cuarteles de infantería para acoger a los militares y sus familias. Tuvieron un uso puramente residencial hasta 1992, cuando las edificaciones se cedieron a la UPF. Desde entonces, la universidad ha negociado para conseguir la plena disponibilidad de las fincas.
El edificio Jaume I ya fue rehabilitado en 1996 para ubicar las instalaciones de la Universitat Pompeu Fabra y el edificio Roger de Llúria se rehabilitó entre 1997 y 2000, también para uso universitario. Las viviendas militares de la calle Villena con Wellington que ahora irán al suelo eran los últimos edificios del complejo militar que todavía estaba en uso. "Es un proyecto que nos ilusiona mucho", zanja Pareja.
320 bloques de piedra de Montjuic para rehabilitar monumentos
De la parte inferior de los edificios se extraerán aproximadamente 320 bloques de piedra de sillería, cada uno con un peso de una tonelada. La piedra proviene de las canteras de Montjuic, activas desde la época romana y hasta el siglo XX. Ha sido un material clave en la construcción de Barcelona hasta los años ochenta. Se trata de una arenisca cuarcífera, una roca sedimentaria dura y resistente. La UPF dará toda esta piedra al Ayuntamiento de Barcelona, que la destinará principalmente a la rehabilitación de edificios o monumentos. Entre las posibles aplicaciones, se estudia su reutilización en algunos de los proyectos vinculados a la reurbanización de la montaña de Montjuic. Hasta que se defina su nuevo uso, la piedra se almacenará temporalmente en dos solares de la ciudad.
