Unos 400 militantes han respondido al llamamiento de la CUP para proteger su sede nacional este sábado. Mientras el Consejo Político del partido se reúne para cerrar el programa electoral del 21-D, varias organizaciones de extrema derecha han convocado una concentración ante la sede de la calle Casp. Ante la inacción de la Junta Electoral, a quien los anticapitalistas comunicaron esta convocatoria ultra, la militancia ha decidido proteger de forma pacífica a sus representantes.

Hasta la calle Casp se ha desplazado una decena de furgonetas de los Mossos, que han blindado la sede con vallas. Entre las personas que se ha podido ver la exdiputada y candidata por Lleida de la formación, Mireia Boya, la hasta ahora diputada Mireia Vehí, la portavoz del secretariado nacional, Núria Gibert, o el exsecretario general de Podem, Albano-Dante Fachín.

La concentración de la extrema derecha no ha pasado de las 40 personas. Los ultras, que se han ido al cabo de una hora, han cantado el himno de España y han gritado proclamas como "la solución es agua y jabón". El important despliegue policial ha impedido evitado altercados. Al final los miembros de la CUP les han cantado el "Passi-ho bé".

 

El pasado miércoles, la CUP dirigió dos escritos, uno a la Junta Electoral de Barcelona y el otro al Departament d'Interior, con la intención de que denegaran el permiso a la concentración convocada por organizaciones ultras, como Somatemps o Por España me atrevo. A pesar de las comunicaciones, el partido de la izquierda independentista denunció este viernes que tanto la Junta Electoral como el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya se habían "inhibido", negándose a prohibir una manifestación fascista.