Aunque en los últimos años la paridad entre hombres y mujeres se ha visto más en el mercado laboral, las mujeres siguen asumiendo la mayor parte de las responsabilidades familiares y domésticas. El impacto sobre la participación en el mercado laboral cuando hay hijos o adultos que necesitan cuidados es muy diferente entre diferentes sexos, lo que muestra no solo una desigualdad en el reparto de responsabilidades familiares, sino también una falta de servicios, o servicios muy caros, para el cuidado de estas personas, y la falta de oportunidades para conciliar el trabajo y la familia.

En 2023, el 86% de las excedencias laborales por cuidado de hijos o familiares las pidieron mujeres, un porcentaje que se ha reducido en los últimos años, pero que sigue siendo muy desequilibrado. Aunque está aumentando el número de bajas por paternidad a raíz de la ampliación del permiso a dieciséis semanas, la mujer es la que sigue renunciando al mercado laboral por motivo de cuidado, afectando a la independencia económica y al desarrollo de su carrera profesional en el futuro si decide volver a trabajar.

Además, según el estudio Indicadors d’igualtat de gènere de Catalunya 2023, elaborado por el Observatori Dona, Empresa i Economia (ODEE) de la Cambra de Comerç de Barcelona, la diferencia entre la pensión media de un hombre y de una mujer es del 26,1%, inferior al 30,7% de 2015, ya que se empiezan a jubilar mujeres con más trayectoria laboral. Según Carme Poveda, directora del Observatori, “el incremento del permiso de paternidad está consiguiendo que los padres se cojan la baja y que, por lo tanto, los hombres se involucren más en las curas. Este patrón tiene que llegar también al ámbito de las excedencias, porque son en su gran mayoría las mujeres las que abandonan el mercado laboral”.

Cuidado de personas dependientes

Algunas de las maneras de conciliar el trabajo y la vida familiar son los trabajos a tiempo parcial, los horarios flexibles, los permisos de maternidad y paternidad, la reducción de jornada o las excedencias. En relación con el trabajo y el cuidado de las personas dependientes, los últimos datos publicados por el INE del año 2021 muestran que un 24,4% de mujeres (de 25 a 54 años) empleadas con un hijo trabajaba a tiempo parcial, en comparación con el 4,1% de hombres. En el caso de tres o más hijos, los porcentajes fueron del 25,5% de mujeres y el 5% de hombres.

En 2021, un 62,7% de mujeres y un 74,5% de hombres alegó trabajar a tiempo parcial a consecuencia del cuidado de personas dependientes por querer cuidar personalmente de hijos u otros familiares. Un 17,6% de mujeres aseguró no poder costear los servicios de cuidado de hijos u otros familiares y un 12,8% de hombres alegó otros factores decisivos. El porcentaje más alto de ocupados a tiempo parcial porque cuidaban a personas dependientes correspondió al grupo de edad de 35 a 44 años, con un 54,4% de mujeres y un 59,6% de hombres.

El porcentaje más alto de parados que tuvieron que dejar de trabajar para cuidar a personas dependientes en 2021 correspondió al grupo de edad de 35 a 44 años (26,6%) en mujeres y al de 25 a 34 años (25%) en hombres.

Formación y brecha salarial

A consecuencia, la presencia femenina en puestos directivos se reduce, a pesar de estar más formadas en relación con los hombres. De hecho, las mujeres tienen menos fracaso escolar, realizan más formación continuada, ocupan más posiciones técnicas cualificadas y científicas y tienen más titulaciones universitarias (el 58% de las titulaciones universitarias las obtienen mujeres).

Sin embargo, este mayor nivel formativo no se traduce en una reducción de las desigualdades en el mercado laboral, ya que las mujeres siguen teniendo una brecha salarial por hora (13% en 2021) y firman la mayoría de los contratos a tiempo parcial (el 72% del total en 2023). En los últimos ocho años, la reducción de desigualdades en el mercado laboral se ha frenado en comparación con la década anterior, demostrando así que sigue habiendo pérdida de talento femenino.

Las mayores brechas de género se dan en el sector TIC y en la presencia en puestos de decisión y poder (cátedras, alcaldías, instituciones, consejos de administración y cargos directivos) y en carreras más técnicas, como las de ingeniería o arquitectura (26%). 

Presencia femenina en cargos directivos

Las mujeres ocupan el 33% de los puestos directivos (sector público y privado) en 2023, porcentaje que ha disminuido con respecto al 36% de 2021 y 2022, o al 39% de 2020. Además, la brecha salarial por hora en estos empleos se mantiene bastante estable, en torno al 20,6%. Con respecto a la presencia femenina en las juntas, presidencias y secretarías generales de las once instituciones más representativas de la economía catalana (patronales, sindicatos, cámaras, colegios profesionales e instituciones culturales) se han identificado 125 mujeres, frente a los 295 hombres, lo que significa que las mujeres representan el 30%, un porcentaje bajo, pero superior al 17% que representaban en 2017.

Si bien la progresión hacia la igualdad fue rápida en sus inicios, esta se ha estancado en los últimos años, como muestran la mayoría de los indicadores analizados en el informe. En este sentido, Poveda asegura que la solución tiene que ser tripartida. “Por un lado, dentro de las familias hay que buscar corresponsabilidad y que se participe por igual. Las empresas, por su parte, tienen que dotar de mecanismos de flexibilidad para que los trabajadores se puedan adaptar y, finalmente, el sector público tiene que poner facilidades para dar permisos sin que ello les suponga un coste muy elevado, con ayudas y provisiones”.