CaixaBank cerró el primer semestre del año con un beneficio histórico de 2.951 millones de euros, un 10,2% más, según comunicó este miércoles a la CNMV. En un contexto de freno en los resultados bancarios por las bajadas de los tipos de interés, el banco catalán ha logrado mejorar sus beneficios gracias al incremento del negocio de familias y empresas, tanto en lo que se refiere a recursos de clientes como a crédito, y al cambio de cómputo del impuesto a la banca.
La bajada de los tipos se notó en el margen de intereses, que fue de 5.282 millones en los primeros seis meses del año, un 5,6% menos. No obstante, esta caída fue parcialmente compensada por los ingresos por servicios, que escalaron un 5,4%, hasta los 2.581 millones, gracias a la mejora del 14% de los ingresos por gestión patrimonial y del 1,5% de las comisiones bancarias.
Lo que terminó de dar la vuelta al resultado y generar un beneficio récord de la entidad dirigida por Gonzalo Gortázar fue el capítulo otros ingresos, que incluye dividendos recibidos, resultados de operaciones financieras y otros ingresos y gastos, entre los cuales se incluye el impuesto a la banca. Este, mientras el año pasado le restó más de 600 millones, este 2025 el balance negativo fue de 165 millones.
Mientras que hasta 2024, el Gobierno obligaba a las entidades a repercutir el gravamen de todo el año en el primer trimestre, aunque lo pagaran trimestralmente, este año lo repercuten mensualmente, por lo que los resultados semestrales solo reflejan el impuesto correspondiente a estos seis meses, no a todo el año. CaixaBank destaca que, de no existir el impuesto a la banca, los beneficios también habrían crecido, pero un 1%.
Mejora del negocio, el crédito y los servicios
El banco que preside Tomàs Muniesa destacó la buena actividad comercial durante la primera mitad de año, tanto en familias como en empresas. Los recursos de clientes se incrementaron un 7,5%, hasta los 717.652 millones de euros a 30 de junio, mientras que la cartera de crédito sano subió un 4,8%, hasta los 368.569 millones. CaixaBank ha ganado 360.000 clientes en el último año.
La actividad crediticia está siendo muy dinámica. La entidad concedió crédito nuevo por valor de 43.435 millones, un 26,8% más que en la primera mitad del pasado año, con crecimientos en todos los segmentos: un 25% más en empresas, hasta rozar los 27.000 millones, de los que el 55% ha ido a pymes; un 46% más de hipotecas (el 93%, a tipo fijo), hasta cerca de 10.000 millones, y un 10% más en crédito al consumo, hasta los 6.700 millones.
Los ingresos por servicios y por gestión patrimonial también se incrementaron. Los activos bajo gestión se situaron por encima de los 188.000 millones, un 9,3% más, con un gran auge del patrimonio gestionado en fondos de inversión, carteras y sicav’s (11,8%) y un incremento también de los planes de pensiones (2,7%). Los recursos en balance crecieron un 6,7%, hasta 520.000 millones, con una mejora del ahorro a la vista (8,5%) y de los pasivos por contratos de seguros (4,9%).
Cae la morosidad
Esta evolución del negocio permitió a CaixaBank mejorar sus ratios de calidad de activos y reducir la morosidad. El saldo de dudosos se redujo en 649 millones de euros en el semestre, durante el cual llevó a cabo una venta de carteras, lo que bajó la ratio de morosidad tres décimas, hasta el 2,3%. La cobertura de los fondos para insolvencias alcanzó el 70%, un punto más que a 31 de diciembre.