Seat ha dado a conocer que Daniel Cortina asume la secretaría general y la dirección de Estrategia, mientras que Arantxa Alonso se hace cargo de la dirección de Calidad Corporativa. Ambas promociones internas reflejan una apuesta por la continuidad y la experiencia, en un año decisivo para el futuro de la empresa en Martorell.

Los nombramientos se enmarcan en un momento de transformación para Seat. La compañía navega en una estrategia dual: por un lado, debe gestionar la madurez y la eficiencia de Seat. Por otro, debe impulsar el crecimiento meteórico de Cupra, que se ha consolidado como palanca de futuro, innovación y mayor margen de beneficio. Esta doble realidad exige una visión estratégica afinada y unos estándares de calidad que satisfagan las expectativas de una clientela más exigente y diversa.

Este reajuste directivo no es casual. Llega justo antes del lanzamiento del Cupra Raval, el primer vehículo 100% eléctrico de la marca diseñado desde cero, y en un entorno económico marcado por la incertidumbre global, las tensiones en las cadenas de suministro y la feroz competencia del mercado asiático. El objetivo es claro: consolidar las bases para una nueva etapa de crecimiento sostenible, con la fábrica de Martorell como eje central.

La figura de Daniel Cortina representa la fusión entre el conocimiento técnico profundo y la visión de negocio. Su nombramiento como secretario general y director de Estrategia no es solo un ascenso, sino la culminación de una trayectoria de 25 años dentro de la compañía, donde ha pasado por los departamentos más críticos.

Su nueva función es importante. Cortina será el arquitecto de la visión estratégica a largo plazo de Seat, con la misión específica de integrar la sostenibilidad como eje vertebral de todas las decisiones. Esto implica una redefinición de los procesos para cumplir con la normativa medioambiental europea, al tiempo que se busca la eficiencia económica. Bajo su liderazgo, las áreas de sostenibilidad y cumplimiento ambiental se consolidarán en un solo rol estratégico, un movimiento que evidencia la voluntad de la compañía de abordar la transición ecológica de manera transversal y no como departamentos estancos.

Su conocimiento del producto es clave. Su experiencia como director de Proyecto durante el lanzamiento de modelos icónicos como el Cupra Formentor y el Cupra Born le otorga una perspectiva única para marcar la futura "hoja de ruta de producto". En sus manos está decidir qué tipo de vehículos –eléctricos, híbridos u otras tecnologías– llenarán las líneas de producción de Martorell en la próxima década. Si Cortina mira hacia el futuro, Arantxa Alonso tiene la misión de garantizar que el presente sea sólido. Su nombramiento como directora de Calidad Corporativa une dos mundos esenciales: la experiencia internacional y la exigencia técnica.

Su reto es monumental: alinear los estándares de calidad de producto y servicio con las demandas de un mercado globalizado, los índices de referencia competitivos y, sobre todo, con los rigurosos parámetros del grupo Volkswagen. En un momento en que la tecnología de software en los vehículos es tan importante como la mecánica.

Su perfil internacional es un activo clave. Su paso por Volkswagen en China, uno de los mercados más competitivos y avanzados en movilidad eléctrica, le ha proporcionado una visión global y una comprensión de las tendencias que marcará el futuro. Esta experiencia será vital para representar a Seat dentro del consejo de Calidad de Volkswagen, donde deberá defender los intereses de las marcas españolas mientras asegura su plena integración en la estrategia cualitativa del consorcio alemán.

Markus Haupt, CEO de Seat, ha querido transmitir un mensaje de cohesión y continuidad con estos nombramientos. En sus declaraciones, Haupt ha destacado que estos movimientos permitirán "aprovechar la amplia experiencia y conocimientos" de ambos directivos para "continuar impulsando la innovación". El hecho de que tanto Cortina como Alonso reporten directamente a Haupt refleja la importancia estratégica que se otorga a estas áreas. No se trata de simples cambios en un organigrama, sino de una reafirmación del modelo de gobierno que sitúa la estrategia y la calidad en el núcleo de las decisiones ejecutivas.