La Reunión del Cercle d'Economia de Barcelona es un foro serio donde empresarios y políticos debaten con prudencia y tecnicismos sobre temas de futuro y, muchas veces, evitan entrar de lleno en los temas más espinosos. Ha roto los moldes el estilo del italiano Luca De Meo, CEO de Renault, con impoluto esmoquin entallado de camisa blanca y agudo sentido del humor, aroma de 'dolce vita' ante la sobriedad de la vicepresidenta de la Comisión Europea, Teresa Ribera, que ha llegado a decir que el aburrimiento de los europeos "es un activo". "Hoy día, uno de mis trabajadores no se puede comprar un coche nuevo", ha reconocido con franqueza De Meo.

Debatían ambos sobre el complicado encaje de la industrialización con la descarbonización, combinación en la que el coche eléctrico juega un papel esencial. Pero De Meo ha querido recapitular sobre el problema económico que vive el sector, en parte porque los trabajadores han perdido capacidad productiva.

"Nosotros vivimos de la fortuna de la clase media. En 1914, un trabajador de Ford se podía comprar un coche nuevo. Hoy, uno de mis trabajadores no se puede comprar un coche nuevo, ni siquiera un Dacia. Tendríamos que tener la posibilidad de poder pagar más a nuestra gente para que se compren coches y otras cosas. Este es el problema y lo vemos. Y la gente no se lo puede permitir", ha dicho.

El contexto, ha explicado, es que el mercado del automóvil "no ha vuelto  al nivel pre-covid". "Estamos un 20 o un 25% por debajo", ha dicho, y estos niveles hacen que se tenga que reestructurar las plantillas".

En este marco complejo, llega la electrificación con un exceso de regulación que les complica la vida, ha relatado. "No podemos luchar contra el progreso y el coche eléctrico es el progreso", ha dicho, pero ha pedido soluciones reguladoras para que todo sea más fácil y no solo ayudas, porque "no todo vale dinero".

Y ha puesto un ejemplo, de nuevo con sentido del humor. "En Francia, tardas dos años en instalar un cargador eléctrico para los coches. ¿En España, unos tres años? A China, te vas a dormir en el hotel y por la mañana lo tienes instalado", ha exagerado. "Y así perdemos en productividad con respecto a China", ha dicho.

De Meo ha destacado, sin embargo, que "los coches europeos son los mejores del mundo", y ha celebrado que los informes de sus compatriotas Mario Draghi y Enrico Letta hayan "sacado el rincón de los malos" a la industria, pidiendo más inversiones por toda Europa.

En uno de los momentos más divertidos de la jornada, a De Meo se le ha escapado que "nadie es perfecteo" como respuesta al otro participante de la mesa , Jeromin Zettelmeyer, director del Instituto Bruegel, cuando le ha dicho que era alemán.

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La vicepresidenta ejecutiva de Transición Limpia|Neta, Justa y Competitividad de la Comisión Europea, Teresa Ribera, a la Reunión del Círculo de Barcelona. Fotografía: Carlos Baglietto.

Ribera, vicepresidenta de la Comisión Europea y responsable de Transición Limpia, Justa y Competitividad, ha recogido el guante y ha reconocido que "hay consenso sobre el hecho de que las cosas se tienen que simplificar, evitar duplicidades, incoherencias y desequilibrios". Y ha apuntado también a los estados, "cada cual muy preciso que lo quiere todo a su manera". "Entre servicios y con los gobiernos, hay mucho a agilizar. Hay competidores que no tienen problemas a hacer las cosas sin cumplir las mismas normas, pero están muy interesados en competir en el mercado europeo", ha reflexionado. Y ha explicado que cuando llegó al cargo "había más de 800 regulaciones pendientes".

Durante la mañana, en una rueda de prensa en el Colegio de Periodistas, Ribera ha hablado sobre la opa, que ha marcado las jornadas, y ha dicho que la existencia "de uno o dos grandes gigantes nacionales" puede generar "un efecto indeseado" en los consumidores, al reducir las "posibilidades" de elección". "No se tiene que pensar necesariamente que para que haya uno o dos grandes gigantes nacionales usted está consiguiendo un mejor funcionamiento. Quizás genera un efecto indeseado en consumidores nacionales que ven cómo se reducen las posibilidades de optar entre quienes presta el servicio", ha apuntado, informa Anna Solé Sans, de ElNacional.cat.

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Teresa Ribera, ante Luca de Meo en la Reunión del Cercle d'Economia. Fotografía: Carlos Baglietto

También ha llamado a no atacar a las renovables por el apagón general en la península de la semana pasada. "No nos confundamos de enemigo", ha dicho, y ha destacado la "recuperación rapidísima" de España a la vez que pedía un "análisis riguroso". Ha pedido, eso sí, mejorar, la interconexión de Portugal y España con el resto de Europa. Y ha pedido respetar las decisiones nacionales con respecto al cierre de las centrales nucleares. "Las empresas, hasta donde sé, pueden plantear una extensión de vida útil de las centrales nucleares y ninguna de ellas lo ha hecho", ha dicho. "Eso es diferente a pedir que los estados subvencionen las nucleares", ha completado.

Ya durante la tarde, con un fuerte chubasco a punto de caer a Barcelona, Ribera ha sido menos concreta y más correcta. Ha querido destacar de los mercados europeos su "predictibilidad". "Se nos decía que Europa era demasiado aburrida y ahora eso se ha convertido en un activo fundamental", ha dicho. No es, de ninguna manera, el activo de Luca de Meo.