Banco Sabadell afronta a partir de este lunes una semana clave. Tras días estudiando la oferta de absorción del BBVA, la entidad presidida por Josep Oliu deberá decidir si se plantea su futuro en solitario, si acepta el canje de acciones ofrecido o si está dispuesto a negociar, aunque reclama una mejora de la oferta.

El consejo de administración de Banco Sabadell deberá decidir si le parece suficiente o no la oferta hecha por parte del BBVA, que comporta que los accionistas del Sabadell tendrían el 16% del banco resultante -el BBVA ofrece entregar una acción por cada 4,83 del Sabadell- o bien si la rechaza, pero se abre a negociar una oferta superior por parte del BBVA. Además, BBVA también plantea dos sedes operativas para el nuevo banco, una en la Ciudad BBVA, en Madrid, y otra en Sant Cugat del Vallès (Barcelona), donde el Sabadell tiene actualmente su principal centro operativo.

En cuanto al reparto de poder, el BBVA propone que tres consejeros actuales del Sabadell pasen a formar parte del máximo órgano de gestión del BBVA -que tiene 15 miembros-, pero sin funciones ejecutivas, y que uno de ellos ocupe una vicepresidencia.

Concentración bancaria

El interés de BBVA por absorber a Banco Sabadell, admitido el martes pasado, supone la mayor operación en el tablero bancario español desde 2020, cuando CaixaBank y Bankia anunciaron su fusión. Si aquella operación llevó a CaixaBank a convertirse en el líder de la banca en el país, si llega a consumarse esta, puede elevar al BBVA al podio europeo y situarlo solo por detrás de BNP Paribas y el Banco Santander. Dicha oferta ha hecho resurgir el debate sobre la concentración bancaria en España, ya que el mercado español pasaría a estar controlado por tres grandes actores: CaixaBank, Santander y BBVA.

La oferta de fusión por absorción de BBVA a Sabadell llega en un momento dulce para el banco catalán, ya que tras pasar momentos complicados en bolsa en 2020, cuando sus acciones llegaron a valer apenas 0,26 euros, en 2023 batió récord de resultados, con 1.331 millones de euros, y este año también preveía récord de ganancias. Además, en el caso de su filial británica, TSB, ya había remontado y estaba acometiendo un recorte de personal para maximizar su rendimiento de cara a 2025, tras unos inicios complicados en los que recibió una multa del regulador británico por problemas con la migración de su plataforma informática. Como prueba del buen momento que ahora atraviesa Banco Sabadell, su valor supera los 10.000 millones en bolsa, cuatro veces más que cuando BBVA intentó su compra en 2020.

Consejo de administración de Banco Sabadell

El consejo de administración de Banco Sabadell está liderado por Josep Oliu, de 75 años, un directivo que ha sido la cara visible del banco durante décadas y que ha participado en las negociaciones de muchas integraciones. El consejo está compuesto por Oliu como presidente, por Pedro Fontana como vicepresidente, por el consejero delegado del banco, César González-Bueno; por los independientes George Donald Johnston III, Aurora Catà, Lluís Deulofeu, Mireya Giné, Laura González, Alicia Reyes, Manuel Valls y Pere Viñolas, así como por Maria José García Beato (con consideración de otra externa) y por el exsecretario de Economía David Vegara. David Martínez es el único consejero dominical, mientras que Miquel Roca y Gonzalo Barettino son secretario y vicesecretario no consejeros, respectivamente. Ante esta oferta, Sabadell está siendo asesorado por Goldman Sachs, Morgan Stanley y por el bufete Uría Menéndez.

Banco Sabadell es una entidad financiera con un capital fuertemente atomizado, ya que, según los registros de la CNMV, ningún inversor supera el 4% del capital, por lo que no existe un accionista de control, lo que puede dificultar la defensa del banco en el supuesto de que se lanzara una opa hostil. Blackrock controla un 3,62% del capital; por un 3,495% del inversor mexicano David Martínez, que entró en el capital del banco en 2013, mientras que Fintech Europe suma un 3,1% y Dimensional Fund otro 3%, entre otros inversores.

Operaciones y marca

Esta semana se presenta decisiva para conocer el futuro de Banco Sabadell, una entidad nacida en 1881 que actualmente suma 236.135 millones en activos, 19.213 empleados y 1.414 oficinas. La primera operación inorgánica de este banco fue la compra de NatWest España, en 1996, y desde entonces fue adquiriendo otras entidades como el Banco Herrero (2001), Banco Atlántico (2003), Banco Urquijo (2006), Transatlantic Bank de Miami (2007), Banco Guipuzcoano (2010), Banco CAM (2011), la red de oficinas en Catalunya y Aragón de Caixa Penedès (2012), Banco Gallego y el negocio en España de Lloyds (2013) y finamente el banco británico TSB, en Reino Unido (2015).

En caso de que haya luz verde a la integración, Banco Sabadell pondría fin a su historia en solitario y pasaría a integrarse en BBVA, y también queda en duda qué pasaría con su marca. BBVA se ha abierto a usar de manera conjunta la marca Banco Sabadell en aquellas zonas donde pueda tener un interés comercial relevante, si bien cuando BBVA integró Catalunya Caixa se mantuvo inicialmente la marca, pero luego acabó por liquidarla.

En cuanto a la plantilla, se abre la incógnita acerca de qué impacto tendría, ya que BBVA ya ha anunciado que prevé que los costes de reestructuración supongan 1.450 millones. La posible fusión entre ambas entidades supondría la creación de un gigante financiero con 986.924 millones de euros en activos, según datos del cierre del primer trimestre de 2024. Además, la suma de las dos entidades tendría 135.462 empleados y una red de 7.115 oficinas. Actualmente, Banco Sabadell suma 1.414 oficinas y una plantilla total de 19.213 personas, de las cuales 13.441 están en España.