Golpe duro a la estrategia arancelaria de Donald Trump. El Tribunal Internacional de Comercio de Estados Unidos ha declarado ilegales los aranceles indiscriminados, llamados recíprocos, que la Administración estadounidense ha aprobado contra todas las potencias mundiales y todos los países con volúmenes de importación importantes hacia Estados Unidos. El tribunal da diez días al gobierno de Trump para retirar la medida, pero la Casa Blanca ha anunciado que recurrirá una sentencia que hace saltar por los aires la estrategia de Trump de imponer aranceles para negociar ventajas para Estados Unidos y proteger su industria.
Los jueces del Tribunal Internacional de Comercio, el organismo competente en la materia, consideran que el presidente Trump no tiene competencias para aprobar unilateralmente las tasas universales a las importaciones, por lo que la sentencia ordena la suspensión de los aranceles y prohíbe su modificación en el futuro. Si los aranceles se judicializan, podrían acabar llegando al Tribunal Supremo, lo que favorecería a Trump, ya que cuenta con una mayoría conservadora, con seis jueces frente a tres progresistas.
La sentencia hace referencia a que la Constitución otorga la potestad exclusiva al Congreso, y no a la Casa Blanca, para regular el comercio internacional. Los poderes que se otorgó Trump, aludiendo a una situación de emergencia, no estarían justificados. El tribunal se ha pronunciado tras varios recursos presentados por algunas empresas, que argumentan que el déficit comercial no justifica la emergencia, ya que es habitual en la economía estadounidense de los últimos 50 años. Los tres jueces del Tribunal de Comercio, nombrados por Bush, Obama y Trump, dan la razón a estos recursos porque “las órdenes arancelarias mundiales y de represalia exceden la autoridad otorgada al presidente para regular la importación mediante aranceles”.
Acusaciones de 'gallina'
Una sentencia que llega unas horas más tarde de que Trump defendiese su política de negociación y negase el apelativo de "gallina" (TACO trade, que se traduce por 'Trump siempre se acobarda' o, en inglés, 'Trump Always Chickens Out'), que se utiliza en Wall Street. Este miércoles, el presidente de EE.UU. señaló: "Porque yo impuse a la Unión Europea un arancel del 50%, ellos llamaron y dijeron: 'Por favor, reunámonos ahora mismo'. Y yo les dije: 'De acuerdo, les doy plazo hasta el 9 de julio'", afirmó el mandatario republicano. "Tú llamas a eso acobardarse. (...) Se llama negociación", dijo.
Negociaciones arancelarias
Tras la sentencia de la Corte Internacional de Comercio de Estados Unidos, así están las principales negociaciones arancelarias de Estados Unidos:
Acero y aluminio: El 10 de febrero, el nuevo presidente de Estados Unidos adelantó su estrategia comercial al subir de manera unilateral al 25% los aranceles para todos los productos de acero y aluminio que entrasen en el país. Una medida que está actualmente en vigor, en realidad la única que se ha implementado y afectan por igual a todos los países del mundo, con algunas salvedades al Reino Unido.
México y Canadá: La segunda advertencia recayó contra sus vecinos del norte -Canadá- y del sur -México- con los que ha mantenido hasta la fecha unas fluidas relaciones comerciales. A principios de marzo, aplicó un arancel del 25% para todos los productos provenientes de estos países. Trump dijo que adopta la medida después de que se hubiese agotado el tiempo para llegar a un acuerdo con estos dos países. "No queda margen para México ni para Canadá", dijo Trump en la Casa Blanca el lunes. "Los aranceles, ya saben, están listos. Entrarán en vigor mañana".
Pero ese mismo día estableció una moratoria de un mes para los productos de esos dos países cubiertos por el tratado de libre comercio T-MEC, que incluye desde productos agrícolas hasta partes de automóviles o ciertos tipos de maquinaria, una prórroga que se prorrogó el 4 de abril, al final del mes de gracias. Y así siguen.
Unión Europea: Actualmente, la Unión Europea está pagando aranceles del 10% en general, aunque el Día de la Liberación (2 de abril) amenazó con subirlos al 20%, en general, y un 25% al acero y el aluminio y los automóviles. Pero en plena negociación para frenar este aumento, Trump ha considerado que Bruselas no está siendo sería y, por sorpresa, anunció que a partir del 1 de junio aumentaría al 50%.
Tras una “amable llamada” de la presidenta de la Comisión Europea, a, Ursula von der Leyen, el inquilino de la Casa Blanca se avino a conceder una prórroga hasta el 9 de julio. “(Von der Leyen) dijo que quiere comenzar una negociación seria”, dijo Trump a la prensa. ¿Podríamos cambiarlo del 1 de junio al 9 de julio? Acepté”. “Dijo que nos reuniríamos rápidamente y veríamos si podemos llegar a un acuerdo”, agregó.
Por su parte, Von der Leyen señaló: “La UE y EE.UU. comparten la relación comercial más importante y estrecha del mundo”, publicó Von der Leyen. “Europa está lista para avanzar en las negociaciones con rapidez y decisión. Para alcanzar un buen acuerdo, necesitaríamos tiempo hasta el 9 de julio”.
Trump se ha mostrado especialmente preocupado por las “barreras comerciales no monetarias”, como las ha llamado repetidamente, y ha lamentado que el déficit con los países comunitarios es de 350.000 millones de dólares, aunque el departamento de Comercio lo reduce a 236.000 millones. Trump llegó a decir que si los europeos aumentasen sus compras de gas y petróleo por valor de 350.000 millones, se acabarían las amenazas de nuevos aranceles.
China. El gran enemigo que batir por Estados Unidos, y no solo en el plano comercial, China ha centrado las amenazas más duras de Trump, aunque también es cierto, que ha sido el país más desafiante y que mayor respuesta ha dado a la Casa Blanca. Lo que se ha convertido en una alocada carrera, con la amenaza de aranceles desconocidos en la era moderna. Ahora se ha pasado a una posición de moderación, tras una reunión hace unas semanas a alto nivel que se desarrolló en terreno neutral, en Suiza, concretamente en la sede del embajador de la ONU en Ginebra.
Así, el lunes 12 de mayo, tras un fin de semana de contactos bajo el foco mediático de todo el mundo, los dos países anunciaban la suspensión durante un periodo inicial de 90 días de una parte sustancial de los aranceles aplicados mutuamente.
Así, las tasas aplicadas por Estados Unidos a los productos chinos se han reducido al 30% desde el 145% al que llegó a subir por la escalada de amenazas, mientras que China recortó las tarifas a las importaciones desde EE. UU. al 10%, frente al actual 125%.
“Este acuerdo trata realmente sobre el arancel recíproco impuesto por Estados Unidos el 2 de abril y las medidas de escalada que le siguieron", explicó el representante Comercial de EE. UU., Jamieson Greer, uno de los funcionarios que ha intervenido en las negociaciones del fin de semana.
Sudeste asiático: Ha sido la zona comercial más castigada con la política anunciada el Día de la Liberación, en parte, porque muchas de las importaciones a Estados Unidos son, en realidad, ventas de empresas chinas reubicadas en Vietnam y otros países de la zona. Ese día se impusieron aranceles del 46% a Vietnam, 36% a Tailandia y 24% a Malasia. Actualmente, están en pleno “suspensión arancelaria”, pues la administración de Trump les concedió tres meses para negociar sus relaciones comerciales.
Las exportaciones de estos países a Estados Unidos han aumentado considerablemente a medida que se aproxima la fecha límite. En abril, las exportaciones se incrementaron un 45% desde Malasia, 34% desde Vietnam y 23% desde Tailandia. Las exportaciones de componentes electrónicos, prendas de vestir y productos de caucho, como neumáticos para vehículos, crecieron considerablemente.
Como respuesta al nuevo entorno comercial, la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean) a acelerar sus esfuerzos para diversificar sus redes comerciales hacia otros países, con el foco puesto en la Unión Europea. Y, por supuesto, negocian de forma individual con EE.UU.
Reino Unido. Una vez más, Estados Unidos ha dejado claro quién es su principal socio, y aliado, en el mundo. El 8 de mayo anunció un acuerdo con Londres con la reducción de los aranceles de un número determinado de automóviles de origen británico y permite la importación de un porcentaje de acero y aluminio británico sin aranceles. No obstante, EE.UU. mantiene el arancel del 10% -lo aplica de forma indiscriminada a todos las exportaciones- sobre la mayoría de los productos británicos.