El año 2022 ha favorecido a las empresas industriales internacionalizadas que tienen su sede en España, con un aumento de las ventas y en su mayoría con buenos resultados y beneficios. En concreto, 8 de cada 10 compañías obtuvo una cifra de negocios mayor que en 2021, con un aumento global del 15,43%, y cerró el pasado año con beneficios, según el informe de coyuntura de la patronal Amec, que agrupa a 350 empresas exportadoras. La bonanza económica se ha traducido en la generación de nuevos empleos, en 6 de cada 10 empresas. No obstante, en 2022, la economía puso freno y con ella, casi todos los sectores industriales. En el caso de la industria exportadora se refleja con un estancamiento de la rentabilidad -el rango en que se sitúa el resultado operativo sobre las ventas-, que sigue sin auparse desde la crisis económica generada por la pandemia, de tal manera que a fecha de hoy más de dos tercios del sector (un 67%) mantiene rentabilidades iguales o inferiores al 10%. "Un porcentaje nada adecuado para el sector industrial", ha expuesto el director general de Amec, Joan Tristany. La advertencia es contundente: "hay que seguir atentos a la evolución de la rentabilidad empresarial, que de momento se mantiene similar a la de 2021, porque si las empresas no generan suficientes beneficios sobre ventas no habrá inversión en I+D, no se abrirán nuevos mercados a la exportación, no se generará empleo..., en definitiva, se restará competitividad", ha argumentado Tristany. Una de las primeras pruebas se refleja en las perspectivas laborales para 2023. Mientras que un 60% de las industrias amplió la plantilla en 2022, únicamente un tercio se plantea hacerlo para este año, un ejercicio en el que "la cautela" será la directriz de la gestión empresarial.
En 2022, prácticamente todas las empresas afirman haber encontrado dificultades significativas para desarrollar su actividad internacional. Las principales dificultades señaladas son el coste de materiales y/o componentes (58,2%) y la dificultad para encontrarlos (46,2%) , así como la inestabilidad e incertidumbre en los mercados (52,7%), reflejando el peso creciente del riesgo geopolítico para la toma de decisiones de las empresas. “Desde 2018 cada vez han sido más las empresas que han afirmado haber tenido dificultades en su actividad internacional. Esto explica la necesidad de apostar por adaptabilidad y anticipación”, explica el director general de Amec, Joan Tristany. Encontrar socios comerciales, principal dificultad de las empresas hasta 2020, se mantiene en una posición intermedia, aunque con un porcentaje (25,3%) superior al del pasado año (17,5%). Las barreras al comercio son también una dificultad para el 22% de las empresas, lo que refleja el aumento del proteccionismo en el contexto actual.
En relación con los datos que Amec ha extraído del análisis de la situación del sector exportador en 2022, Tristany ha manifestado que, pese al impacto de la guerra en Ucrania, el despunte de la inflación y la incertidumbre económica, estas empresas dieron un paso adelante por el creciente tirón de la demanda exterior, que se tradujo en un 14,72% de incremento conjunto. De hecho, la propensión exportadora -porcentaje de exportaciones sobre facturación- creció hasta una media del 57,7%. El grueso de las ventas exteriores se destinó a Francia, Estados Unidos y Portugal, que son, por este orden, los primeros mercados para los productos españoles. Además, Italia ha arrebatado la cuarta posición del ranquin a Alemania, que baja un puesto, y es significativo el avance que mantiene México, que en un solo año ha pasado de la novena a la séptima posición. Ello en un contexto internacional en el que los países del resto de Europa y el Magreb pierden peso relativo y lo ganan los mercados de América Latina que registraron un alza del 30,8%, en 2022.
El informe concreta que las expectativas son buenas, por cuanto el 72% de las empresas de Amec esperan aumentar sus exportaciones casi un 11% a lo largo de 2023. Y señala como alternativas “interesantes”, los mercados de Emiratos Árabes, además de China, que se mantiene entre los de mayor interés. Entre los cambios previstos para 2023: Reino Unido vuelve a estar entre los 10 principales destinos y se incorpora Turquía.
Pese a todo, la industria ha encontrado dificultades en su internacionalización. El desarrollo de su actividad ha tropezado con unos costes de materiales y componentes más pronunciados, con ciertos mercados sumidos en la inestabilidad económica y con la falta de suministros; además del precio de la energía o la falta de talento. En este último apartado, el 93,5% de las compañías aduce que tiene dificultades para encontrar profesionales especializados por “la elevada escasez de perfiles, concretamente jóvenes, y la competencia en atraerlos”, con el inconveniente de que si se quiere contratar deben hacer frente “a expectativas salariales por encima de su escala laboral”.
La apertura de filiales en el exterior sigue siendo una práctica habitual para el sector exportador. En 2022, siete de las firmas pertenecientes a Amec abrieron un total de ocho filiales. De esta manera, actualmente hay 150 empresas de esta patronal que cuentan con 637 implantaciones en el exterior, con una presencia importante en Estados Unidos, México, China y Francia.

Innovación y sostenibilidad
Otro de los aspectos a tener en cuenta a la hora de valorar el peso del tejido empresarial internacionalizado es la actividad de innovación, principalmente para desarrollar nuevos productos o en mejorar los existentes y nuevos procesos de producción, así como los cambios en los métodos organizativos. En concreto, la inversión en innovación creció un 5,11% de forma conjunta y, para 2023, casi la mitad de las empresas esperan mantener estos niveles, y la otra mitad, incrementarlos.
La implantación de medidas de sostenibilidad es otra de las áreas dónde se focalizan los recursos. El 88% de las empresas consultadas para el informe de coyuntura han hecho algún tipo de medida, en torno a dos objetivos: la reutilización y reciclaje y la reducción del consumo energético. Generalmente, se ha trabajado en la optimización de la gestión de los residuos y el reciclaje (58,2%), el consumo de energía de origen renovable (54,4%) y el incremento del uso de materiales reciclados (49,4%).