La bolsa española ha inaugurado la sesión del miércoles con una moderada ganancia del 0,26%, en una jornada marcada por la expectación global y la prudencia de los inversores, que aguardan inmovilizados dos eventos clave para el futuro de la economía: la decisión de tipos de interés de la Reserva Federal de Estados Unidos y la publicación del dato de inflación armonizada de la eurozona del mes de agosto. En los primeros compases de la negociación, el Ibex-35, principal termómetro del mercado nacional, se situaba en los 15.203,4 puntos, reconquistando así el nivel de los 15.200 enteros. Este avance, aunque leve, consolida una racha históricamente positiva para el indicador, que acumula una revalorización superior al 31% en lo que va de año.

El foco de atención internacional se centra, sin duda, en la reunión de la Reserva Federal de Estados Unidos, cuyo Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) anunciará su decisión sobre los tipos de interés esta tarde (hora española). Los mercados especulan con la posibilidad de que la Reserva pueda comenzar a suavizar su duro mensaje de los últimos meses, en un intento de equilibrar la lucha contra la inflación con los primeros signos de enfriamiento de la economía.

La expectativa generalizada es que se mantengan los tipos sin cambios, pero los inversores escudriñarán minuciosamente cada palabra de su presidente, Jerome Powell, en la posterior rueda de prensa. Cualquier indicio sobre la duración de los tipos elevados o el posible calendario de recortes futuros podría provocar alta volatilidad en los mercados globales, incluyendo el español.

Paralelamente, la Eurozona publicará el dato preliminar de inflación (IPC) para agosto. Este indicador es crucial para determinar la senda futura de la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE). Tras la decisión de la semana pasada de pausar su histórica escalada de tipos tras nueve subidas consecutivas, todos los ojos se posan en la evolución de los precios subyacentes (que excluyen energía y alimentos frescos por su volatilidad). Una inflación más persistente de lo esperado podría avivar las expectativas de que el BCE no ha terminado su ciclo de ajuste, mientras que una lectura a la baja reforzaría la pausa actual.

Precisamente por esto, la comparecencia de la presidenta del BCE, Christine Lagarde, también está en la agenda de los inversores. Su intervención será analizada al milímetro para buscar señales sobre la postura del organismo en la próxima reunión. Los mercados buscarán respuestas a preguntas clave: ¿Fue la pausa de septiembre una simple parada técnica o el fin definitivo del ciclo? ¿Cómo valora el BCE el riesgo de una recesión frente al de una inflación enquistada?

La tímida subida del Ibex-35 refleja una actitud de "esperar y ver" por parte de los inversores. La enorme revalorización del año hace que el mercado sea especialmente sensible a cualquier noticia que pueda alterar el escenario económico global. La liquidez y el sentimiento en las plazas europeas dependen, en gran medida, de los flujos que provengan de Wall Street, que a su vez estarán dictados por el mensaje de la Reserva Federal.

En un día de tal magnitud, los movimientos de las empresas individuales y los sectores del Ibex-35 pasan a un segundo plano, eclipsados por la macroeconomía y la política monetaria de los dos mayores bancos centrales del mundo. La calma inicial en el parqué español es, en realidad, la calma que precede a la tormenta de noticias que se desatará a lo largo de la jornada.