El mercado hipotecario catalán ha experimentado un impulso notable durante el mes de septiembre, consolidando una tendencia alcista que lo sitúa en los niveles más elevados desde la crisis financiera global. Los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) no solo revelan un crecimiento sólido en el número de operaciones, sino también un incremento sustancial en el importe de los préstamos, un indicador que refleja las actuales dinámicas del sector inmobiliario y las decisiones estratégicas de los hogares ante un contexto económico todavía incierto.
El número total de hipotecas constituidas sobre viviendas en Catalunya alcanzó las 7.864 en septiembre, cifra que representa un vigoroso incremento del 15,3% en relación con el mismo mes del año anterior. Este crecimiento interanual, sin embargo, se ha visto superado por la explosión de la actividad en comparación con el mes de agosto, con un aumento mes a mes del 36,88%. Esta fuerte disparidad evidencia el efecto estacional propio del final del verano, donde se materializan operaciones que se habían gestado durante los meses previos, pero también puede indicar un espíritu renovado de confianza entre los compradores.
Más allá del volumen de operaciones, la verdadera historia la explican las cifras de importe. El capital total concedido por los bancos y cajas de ahorros ascendió a 1.469,8 millones de euros, un 28,44% más que el año pasado. Este crecimiento, muy superior al del número de hipotecas, conduce directamente al otro gran titular: el importe medio por hipoteca se situó en 186.902 euros. Esta cifra, un 11,42% superior a la de septiembre de 2023, es la más alta registrada en un mes de septiembre desde 2007, cuando se alcanzó el pico absoluto de 188.802 euros. La proximidad a estos niveles precrisis pone de manifiesto el encarecimiento continuado de la vivienda en Cataluña y la necesidad por parte de los hogares de solicitar préstamos de cuantía más elevada para acceder a la propiedad
La recuperación hipotecaria no es un fenómeno exclusivo de Catalunya, sino que se inscribe en una tendencia estatal positiva, aunque con matices. En toda España se constituyeron 46.120 hipotecas, un 12,2% más. Es significativo, sin embargo, que el crecimiento interanual catalán (15,3%) supere la media estatal, situando a Cataluña como una de las comunidades con un comportamiento más dinámico. Otra diferencia clave radica en el importe medio. Los 186.902 euros de media en Catalunya contrastan con los 171.612 euros de la media estatal (que también experimentó un fuerte aumento del 14,1%). Esta divergencia de más de 15.000 euros subraya la prima de precios que soporta el mercado inmobiliario catalán en relación con otros territorios.
Los datos del INE también ofrecen una radiografía clara de las preferencias de las familias y de las condiciones del mercado crediticio. El tipo de interés medio para todas las hipotecas fue del 2,85%, un nivel que, a pesar de haber subido respecto a los mínimos históricos, sigue siendo relativamente bajo en un contexto histórico. No obstante, el dato más revelador es la consolidación del tipo fijo como opción preferente. El 60,6% de las nuevas hipotecas se constituyeron bajo esta modalidad.
Esta tendencia refleja una clara aversión al riesgo por parte de los ciudadanos, que priorizan la seguridad y la previsibilidad de las cuotas mensuales frente a la incertidumbre económica y las posibles subidas de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo. Paralelamente, la duración media de los préstamos se mantiene estable en los 25 años, una estrategia que permite aligerar la cuota mensual a cambio de un mayor coste total en intereses.
Economistas y analistas del sector señalan que estos datos confirman un cambio de etapa. Ya no se trata solo de una recuperación cuantitativa, sino de un cambio cualitativo en la naturaleza del mercado hipotecario. El aumento del importe medio es un síntoma directo de la inflación de los precios de la vivienda, que obliga a las familias a endeudarse durante más tiempo y por cuantías más altas. La preferencia por el tipo fijo, por su parte, indica que los ciudadanos han aprendido las lecciones de la crisis pasada y se muestran prudentes.
Las perspectivas para los próximos meses apuntan a una estabilización de los tipos de interés, pero en un entorno de costes más elevados de financiación para los bancos, lo que podría moderar ligeramente el ritmo de crecimiento. Aun así, se espera que la demanda, especialmente en mercados fuertes como el catalán, se mantenga sólida, sostenida por factores como la escasa oferta de nueva construcción y el efecto acumulado del ahorro durante los años de la pandemia.
