La Generalitat ha dado luz verde este martes a una aportación de 57 millones de euros para el Barcelona Supercomputing Center. Unos recursos que deberán destinarse a asegurar el liderazgo tecnológico de Cataluña en el ámbito de la computación de alto rendimiento. La portavoz del Govern, Sílvia Paneque, ha explicado que esta apuesta masiva respondería a "la necesidad de consolidar una infraestructura científica de excelencia que sitúa al país a la vanguardia de la investigación europea". El núcleo de la inversión, aprobada en la reunión semanal del Consell Executiu, se concentra en la citada partida.

Estos fondos darán cobertura a los compromisos adquiridos en la addenda al convenio de colaboración entre el Ministerio de Ciencia e Innovación, la Generalitat de Catalunya y la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC). La medida llega en un momento clave para el centro, que enfrenta retos tecnológicos de envergadura, como la puesta a punto y operativa del supercomputador MareNostrum 5, una de las máquinas de cálculo más potentes de Europa. Más allá de la infraestructura física, la inversión está diseñada para permitir al BSC-CNS afrontar la irrupción de dos tecnologías disruptivas que redefinen el panorama científico e industrial global: la computación cuántica y la inteligencia artificial. Este fondo supone un impulso decisivo para que el centro catalán se consolide como nodo de referencia en la estrategia europea para alcanzar la autonomía tecnológica en estos ámbitos.

Nace un laboratorio pionero para las humanidades

Paralelamente, el Consejo Ejecutivo ha autorizado una subvención directa de 3,25 millones de euros para el período 2025-2029 con el objetivo de poner en marcha y consolidar el Laboratorio especializado en Ciencias Sociales y Humanidades Computacionales (CSSH). Esta iniciativa, que se alojará también en el BSC-CNS, busca romper barreras disciplinarias y crear un espacio de encuentro entre investigadores de ciencias sociales, humanistas y expertos en computación de alto rendimiento e inteligencia artificial. El nuevo laboratorio se propone convertirse en un referente internacional en la aplicación de la supercomputación a áreas como la lingüística, la historia, la sociología o la economía. Entre sus objetivos figura el análisis de grandes volúmenes de datos textuales históricos, la modelización de fenómenos sociales complejos o el desarrollo de herramientas de IA para la preservación del patrimonio cultural.

La doble inversión refleja una visión dual del BSC-CNS: por un lado, como pilar de la investigación científica fundamental más exigente, y por otro, como motor de transferencia de conocimiento con un impacto tangible en la sociedad y la economía. El Laboratorio CSSH, en concreto, tiene entre sus misiones explícitas la aplicación de sus resultados de investigación para la mejora de las políticas públicas y el desarrollo socioeconómico. Con este movimiento, la Generalitat no solo refuerza uno de sus activos científicos más emblemáticos sino que sitúa a Cataluña en el mapa global de la investigación de vanguardia, asegurando que el país juega en la liga de los grandes centros de computación mientras explora nuevas fronteras del conocimiento en la intersección entre la tecnología y las humanidades.