Francia ha aprobado la creación de un impuesto de dos euros sobre los envíos de pequeños paquetes de un valor inferior a 150 euros procedentes de países extracomunitarios y que afectaría en particular a los llegados de China, en plena guerra con Shein. La votación de los diputados se ha realizado entre la noche del miércoles al jueves y la medida ha sido propuesta por el Gobierno francés.
La puesta en marcha de esta tasa, que está condicionada a que salgan adelante los presupuestos del Estado (que están en fase de debate parlamentario) llega en un contexto de fuerte debate en Francia sobre las grandes plataformas de comercio chinas y en particular Shein.
La tasa fue respaldada por 208 diputados, esencialmente de los partidos de centro y de derecha que apoyan al Ejecutivo, así como de la izquierda; mientras que votaron en contra 87 de la Agrupación Nacional (RN), el partido de la extrema derecha de Marine Le Pen.
La ministra de Hacienda, Amélie de Montchalin, dijo que ese impuesto debería permitir recaudar unos 500 millones de euros que servirían para financiar escáneres para que los aduaneros puedan controlar esos paquetes.
De Montchalin recordó que la semana pasada los ministros de Finanzas habían acordado suprimir la exoneración de aranceles de los que se benefician esos pequeños paquetes e imponer unos gastos de gestión que podrían ser dos euros.
El diputado de RN, Jean-Philippe Tanguy, criticó la iniciativa por considerar que "no es un impuesto para imponer la competencia desleal, es un impuesto sobre el consumo popular y las clases medias", recoge EFE.
Tanguy se mostró convencido de que con esa tasa no se conseguirá aumentar el número de controles de forma significativa, teniendo en cuenta que "el año pasado se verificaron un 0,125%".
A comienzos de mes, Shein se vio envuelta en un contencioso después de que el Gobierno francés amenazara con suspender su actividad en el país al descubrirse que en su oferta online comercializaba muñecas sexuales con aspecto de niñas, armas y otra serie de productos ilegales. Para evitar esa prohibición en Francia, Shein decidió suspender temporalmente las ventas de vendedores externos y de cualquier producto que no sea ropa.
Las autoridades renunciaron a esa prohibición tras esas medidas, pero hay desde entonces un procedimiento judicial contra la compañía china que podría tener consecuencias en las próximas semanas. Ayer una docena de federaciones comerciales francesas anunciaron otra demanda judicial contra el gigante chino por competencia desleal.
