El sector del café en el Estado se muestra resiliente y con perspectiva de crecimiento, a pesar de afrontar un escenario marcado por una inflación sostenida y tensiones geopolíticas que han encarecido la materia prima. La confianza se asienta en la demanda interna, una mejor previsión logística, el ajuste de márgenes y la capacidad de adaptación a las nuevas tendencias de consumo.
Según los datos más recientes de la Organización Internacional del Café (ICO), el precio internacional del café se ha estabilizado tras una fuerte oscilación, pero se mantiene un 22% por encima de los niveles de noviembre de 2023. Esta volatilidad responde a un cúmulo de factores: el impacto recurrente del cambio climático sobre las cosechas, la tensión arancelaria transitoria con los Estados Unidos y las disrupciones persistentes en las cadenas de suministro globales.
En el Estado, el Índice de Precios de Consumo (IPC) refleja para el café una subida interanual del 17,3% hasta noviembre, a pesar de registrar una leve corrección mensual del 0,5%. Los datos de la consultora Circana precisan aún más el escenario: el producto se ha encarecido un 15% de media en el último año, una cifra que supera el 25% en las categorías más puras, como el café molido o en grano. Esta presión en los precios ha provocado retracciones en el volumen de compra en la mayoría de las categorías, con la excepción significativa del café en grano y del café natural, que muestran un consumo más estable.
Movimientos de previsión y diversificación
La Asociación Española del Café, que agrupa las principales empresas del sector, asegura, no obstante, que el mercado mantiene un "contexto de crecimiento". La entidad atribuye esta trayectoria a un consumo de "volúmenes estables, derivados de una mejor oferta y más conocimiento sobre la cultura del café". Desde la Asociación recuerdan que el sector lleva años luchando contra factores estructurales como las sequías, las heladas y las olas de calor en los grandes países productores, además de la inestabilidad logística en el canal de Suez, que ha obligado a desviar rutas desde el Sudeste Asiático y África, con el incremento de costes y plazos que esto conlleva.
Frente a este panorama, la industria ha reaccionado implementando estrategias a medio plazo. Las compañías apuestan por la diversificación de los orígenes y de los proveedores, la firma de acuerdos comerciales a largo plazo para asegurar suministros, y la búsqueda continua de la eficiencia en la producción y la logística para contener costes. Los actores del sector explican la complejidad del momento actual. Javier Peña, director de Negocio de Café del grupo Pascual enumera los desafíos.
"Subidas continuas en origen por malas cosechas, una demanda mundial que crece más de un 10%, el incremento de los diferenciales de calidad, la guerra arancelaria e, incluso, la llegada de fondos de inversión de carácter especulativo al mercado de materias primas", describe Peña. Pese a este contexto y una cierta desaceleración en el canal Horeca (hostelería, restaurantes y cafeterías) desde el verano, Pascual confía en cerrar el año "por encima del mercado" y proyecta seguir en expansión en 2026, con el objetivo de consolidarse como líder en el canal Horeca con una propuesta de valor diferencial.
Desde Cafés Candelas coinciden en el diagnóstico. Reconocen que, durante 2024, el consumidor ha respondido relativamente bien a pesar de la pérdida de poder adquisitivo, y que la inflación ha afectado tanto al canal Horeca como al comercio al por menor o comercio detallista. Para el próximo ejercicio, prevén un consumo estable pero con precios aún altos y un mercado cada vez más segmentado. Su estrategia implica trabajar "con mucha previsión para garantizar el avituallamiento sin comprometer la calidad". Además, aseguran que han repercutido "solo en una pequeña parte" los incrementos de costes al consumidor final, absorbiendo una parte significativa de las subidas –que en origen han llegado a ser de hasta el 80%–.
En el campo de la restauración, la filosofía parece ir en la misma línea. Antonio Moreno, director general de Starbucks para España y Portugal, explica que, aunque han ajustado precios puntualmente, su prioridad ha sido proteger los márgenes comerciales y, sobre todo, consolidar "relaciones a largo plazo con los agricultores". Esta política, según Moreno, permite "establecer un precio por encima del mercado y mantenerlo en el tiempo", ofreciendo estabilidad tanto al productor como a la empresa en un entorno volátil.
En conjunto, el sector cafetero estatal navega por un periodo de transición, con el objetivo de consolidar el crecimiento mediante una gestión prudente, una apuesta por la calidad y la diversificación, y la confianza en una demanda interna que, de momento, demuestra ser leal a pesar de los precios altos. La capacidad de adaptación y la previsión se presentan como las principales herramientas para superar la volatilidad global.