Las empresas prefieren, cada vez más, pactar la salida de sus trabajadores -lo que coloquialmente se conoce como prejubilaciones-, especialmente los de más edad, en vez de recurrir a los despidos, bien en el formato colectivo (mediante expedientes de regulación de empleo o Ere) y una indemnización de 20 días por año trabajado, bien en el despido individual, generalmente improcedentes costeados con una indemnización de 33 días por año trabajado. Así, en la última edición del Estudio Desvinculaciones en España 2025. Planes de rentas e indemnizaciones elaborado por la consultora de relaciones laborales Mercer, se concluye que los acuerdos voluntarios para la salida de trabajadores de mayor suponen un 26% actualmente.

Aunque no implica un incremento importante respecto a la anterior edición (es bianual), pues en 2023 sumaban el 24% del total de los despidos contabilizados por Mercer, supone un aumentado considerable en los cinco últimos años, pues en 2020, las salidas voluntarias fueron el 14%. No obstante, las prejubilaciones en muchas ocasiones están inmersas dentro de procesos más amplios de Eres, pero reservadas especialmente a los asalariados de mayor edad. Estas modalidades suponen, en muchas ocasiones, que las empresas complementan las prestaciones de despido abonadas por el Sepe, durante varios años, hasta que los despedidos cumplen la edad legal y entran en la jubilación.

Decae el despido colectivo

La nueva edición del informe, a la que ha tenido acceso Efe, pone de manifiesto que las empresas están perdiendo interés por el despido colectivo, aunque sigue siendo la fórmula más extendida, un 41% de los casos analizados por Mercer, frente al 44% de dos años antes. Aunque supone la vía más barata de reducir o modernizar la plantilla, tiene una mayor complejidad, pues exige una negociación previa con los sindicatos y puede chocar con la oposición de las administraciones públicas. Se utiliza, principalmente, con procesos masivos de prejubilaciones.

El informe también muestra un aumento, aunque más ligero, de la modalidad del despido individualizado a través de procesos improcedentes. Aunque supone encarecer el proceso, es muy flexible pues, aunque se puede recurrir a los tribunales, la empresa no está obligado a recontratar en caso de un fallo desfavorable. Las sentencias, por lo general, se limitan a fijar la indemnización máxima que corresponde al trabajador. Por este motivo, las empresas suelen abonar el máximo de 33 días.

No obstante, el Ministerio de Trabajo tiene la intención de modificar la indemnización del despido improcedente, en la línea de lo establecido por la Carta Social Europea que España ha firmado y, que, sin embargo, incumple.

58,3 años de media

Por sectores, el tecnológico y el financiero son los que más recurren al procedimiento del despido colectivo, mientras que el industrial y el gran consumo usan más el despido individual y el químico-farmacéutico y los servicios optan más por los acuerdos voluntarios. En el caso de los despidos -colectivo e individual-, la edad media de los trabajadores a los que se les aplica esta medida es de 57,19 años, frente a los 58,29 años de los acuerdos voluntarios, en tanto que los primeros terminan el plan de rentas a los 64,05 años y los segundos a los 64,02, según los datos aportado por Efe. El informe también detalla que el importe percibido durante el periodo desde que sale de la empresa hasta que accede a la jubilación asciende al 75-80% del salario neto en el caso del despido y al 70-75 % del salario bruto en los acuerdos voluntarios.

El estudio recuerda que no se trata de prejubilaciones como tal, dado que esta figura no está contemplada en la normativa de la Seguridad Social, sino que surge de un acuerdo entre la empresa y el trabajador.