En España, para acceder a la pensión de jubilación ordinaria es necesario acreditar un mínimo de años de cotización, siendo la cuantía final más alta o más baja en función de distintos factores. Sin embargo, existe una alternativa que permite cobrar una ayuda cercana a los 8.000 euros anuales, incluso sin haber trabajado nunca. Hablamos de la pensión no contributiva de jubilación, destinada a personas que no han tenido empleo formal o que no han alcanzado los 15 años de cotización exigidos por ley para recibir una pensión contributiva. Este es el caso, por ejemplo, de muchas mujeres dedicadas exclusivamente al cuidado del hogar y de los hijos. Para el año 2025, el importe fijado asciende a 7.905,80 euros anuales, lo que equivale a unos 564,7 euros mensuales.

Según la información publicada por el IMSERSO, la cuantía concreta para cada beneficiario se ajusta en función de este importe de referencia, teniendo en cuenta el número de personas que convivan en el mismo domicilio y los ingresos de cada una de ellas o de la unidad económica familiar. En cualquier caso, la pensión no podrá ser inferior al 25% del importe íntegro, es decir, 1.976,45 euros anuales o 141,18 euros al mes. Para solicitar esta prestación es necesario:

-Tener 65 años o más
-Haber residido en España durante al menos 10 años entre los 16 años y la edad de jubilación, siendo imprescindible que dos de ellos sean consecutivos e inmediatamente anteriores a la solicitud
-Acreditar falta de rentas, lo que implica que los ingresos anuales del solicitante no superen los 7.905,80 euros

Si el beneficiario vive con familiares, el límite de ingresos se calcula sumando las rentas de todos los convivientes. Estos topes varían en función del parentesco:

-Con cónyuge o parientes de segundo grado: 13.439,86 € para dos convivientes, 18.973,92 € para tres y 24.507,98 € para cuatro
-Con parientes de primer grado (padres o hijos): 33.599,65 € para dos convivientes, 47.434,80 € para tres y 61.269,95 € para cuatro

Cuando en un mismo domicilio conviven varias personas con derecho a pensión no contributiva, el importe se reduce proporcionalmente:

-Dos beneficiarios: 6.719,93 € anuales cada uno (480 €/mes)
-Tres beneficiarios: 6.324,64 € anuales cada uno (451,76 €/mes)

A medida que crece el número de beneficiarios, la cuantía individual disminuye, siempre respetando el mínimo legal de 1.976,45 euros anuales. Quienes reúnan las condiciones pueden iniciar el trámite en las oficinas de Servicios Sociales de las comunidades autónomas, en el IMSERSO o en cualquier sede de la Seguridad Social, donde se facilita el formulario oficial de solicitud.  El gasto en pensiones en España continúa marcando cifras históricas y se afianza como uno de los grandes retos de la política económica. En 2025, la administración estima que el desembolso alcanzará los 216.000 millones de euros, el 12,9% del PIB, lo que supone un incremento del 3,3% respecto al año anterior.

El peso de las pensiones sobre las cuentas públicas ya es evidente: en febrero de 2024 representaban el 11,5% del PIB, y actualmente absorben cerca del 30% del gasto total de las administraciones públicas. El coste mensual supera los 13.500 millones, una cifra que pone en entredicho la capacidad de la llamada hucha de las pensiones, que cerró 2024 con apenas 9.300 millones, suficiente solo para cubrir una mensualidad.

Las previsiones a medio y largo plazo alertan de un escenario aún más exigente. La Fedea calcula que el gasto en pensiones podría alcanzar el 17,1% del PIB en 2050, una proyección incluso más pesimista que la de la Airef, que lo sitúa en el 16,1%. El Gobierno, por su parte, ofrece una visión más contenida. Según sus estimaciones, el gasto medio en pensiones entre 2022 y 2050 se mantendría en torno al 12,4% del PIB, gracias al refuerzo de los ingresos. Sin embargo, en un escenario sin ajustes adicionales, en 2050 podría escalar hasta el 15,8%, frente al 12,2% que se alcanzaría si las reformas previstas funcionan a pleno rendimiento.