Esta semana hemos vivido hechos de gran relevancia. El reconocimiento de distintos Estados, entre ellos España, al estado palestino supone un hito a nivel internacional, y seguramente, también conlleve consecuencias, tal y como anunció Netanyahu al hacerse pública la decisión. 

En las últimas horas, hemos conocido el fallo de la Corte de Justicia Internacional, que ha ordenado a Israel detener sus ataques en Rafah, y permitir el acceso de ayuda humanitaria. Un hecho de gran relevancia, por lo que supone para Israel, que cada vez se ve más asfixiada en el ámbito internacional. 

Y al mismo tiempo, Putin, desde Rusia, anuncia que no reconoce ya legitimidad en Zelenski, desde que esta semana hubiese expirado el tiempo de su mandato al frente del gobierno ucraniano. Putin ha mostrado su disposición para una negociación de paz en las últimas horas, y ha declarado estar también dispuesto a entablar conversaciones para ello, pero con mandos gubernamentales que sean legítimos. También ha anunciado que podría ordenarse un alto el fuego en los territorios donde las tropas rusas han conseguido avanzar en los últimos días. 

Mientras tanto, en la subcomisión parlamentaria de Estados Unidos que investiga el origen del SARS-CoV-2 cada vez conocemos más información que apunta al laboratorio de Wuhan, donde con fondos públicos americanos se habría estado desarrollando una investigación con ganancia de función y que podría haber sido el origen de la pandemia. De momento, ya se ha tomado la decisión de cancelar la financiación con fondos públicos a EcoHealth Alliance, la entidad que desarrollaba este tipo de investigaciones; y se ha inhabilitado a su presidente, el doctor Daszak. Próximamente, será Anthony Fauci quien tenga que declarar y se vaticinan momentos de alto voltaje. 

Y en este contexto, la Organización Mundial de la Salud celebrará su 77 asamblea, donde se presentará el borrador para un Tratado de Pandemias y las enmiendas al Reglamento Sanitario Internacional, suponiendo también un punto de inflexión ante el cual no pocos estados miembros han anunciado su rechazo. 

Momentos decisivos en el plano internacional que, sin duda, dependiendo de su evolución, tendrán incidencia en los estados, y por supuesto, en nosotros, la ciudadanía.