El volcán Kliuchevskoi, situado en la península rusa de Kamchatka, ha entrado en erupción este miércoles pocas horas después del potente terremoto de magnitud 8,8 que ha sacudido la región y ha activado alertas de tsunami en varios países que tocan con el océano Pacífico. Según ha informado el Servicio Geofísico de Rusia a través de su canal oficial de Telegram, la actividad volcánica ya ha empezado, con espectaculares descensos de lava incandescente por la vertiente occidental del cráter. Con una altura de 4.754 metros, el Kliuchevskoi es uno de los volcanes más activos del planeta, con erupciones documentadas desde el año 1697. Esta nueva explosión se produce al día siguiente del seísmo más fuerte registrado en Kamchatka desde 1952, y uno de los ocho más intensos a escala mundial.

Con un cráter principal de unos 700 metros de diámetro y más de 80 conos y cráteres secundarios repartidos por su vertiente, el Kliuchevskoi es considerado el estratovolcán activo más relevante de la región de Euroasia. Situado a tan solo 30 kilómetros de la localidad de Kliuchi, en el distrito de Ust-Kamchatski, esta gigantesca montaña volcánica domina el paisaje de una región habitada por unas 4.500 personas. Para varias comunidades indígenas, el volcán no solo es un referente geográfico, sino también espiritual: muchas leyendas lo sitúan como el lugar sagrado donde fue creado el mundo, y aunque otros volcanes de Kamchatka tienen también una carga simbólica, el Kliuchevskoi es el más sagrado.

El seísmo de magnitud 8,8 registrado en la península de Kamchatka ha activado alertas de tsunami por todo el Pacífico, incluyendo países como Japón, China, Indonesia,  Filipinas, Canadá, varios estados sudamericanos y el archipiélago de Hawái a los Estados Unidos. Aunque algunas de estas alertas ya han sido desactivadas, los expertos advierten que el peligro no ha desaparecido. En declaraciones a Europa Press, el geólogo del IGME-CSIC, Raúl Pérez, ha advertido que un terremoto de esta magnitud puede desencadenar réplicas de intensidad considerable, incluso de magnitud 7,6, con un potencial destructivo similar si se producen en el océano.

Mientras tanto, el director de la Red Sísmica Nacional, Juan Vicente Cantavella, ha reconocido que "la alerta de alguna manera ha sobreestimado el impacto que podría tener el tsunami", aunque ha justificado su vigencia en determinadas zonas del mundo. Cantavella ha remarcado que todavía pueden producirse efectos "bastante impredecibles" derivados del seísmo y de posibles réplicas. "No se tiene una certeza de lo que pasará y por precaución, porque es una cosa que es razonable que pueda pasar todavía, ya que por eso se mantiene la alerta todavía en algunos puntos del mundo", ha señalado.