Nadie tiene muy claro para qué se hicieron y para qué servían, pero, des de 1994, están catalogadas como Patrimonio de la Humanidad. Cuando recibieron  este reconocimiento, habia en todo el mundo unas tres decenas pero, actualmente, son ya 358. ¿Se puede saber qué está pasando con las Líneas de Nazca? Pues muy fácil: la tecnología (una muy concreta) está ayudándonos a descubrir muchas más y, por supuesto, a catalogarlas y protegerlas. 

EL MONO 1 1 1
 

Casi 150 figuras nuevas

Los últimos en localizar nuevas líneas han sido los investigadores de la Universidad de Yamagata, que co,municaban hace nada la localización de 143 nuevas líneas de este tipo, a las que también se denomina glifos. Un glifo es cualquier símbolo grabado, escrito o pintado sobre una superficie para comunicar algo. El problema es que estos 143 glifos nuevos llegan después de que, hace tres años, la misma universidad japonesa informase de que había identificado 168 símbolos nuevos. Y, sí, todos están en la misma zona. Por supuesto, se han decubierto gracias a una tecnología que, hace nada, no existían: los drones.

¿Qué se supone que son?

No está claro, pero lo indudable es que se trata de símbolos trazados para ser identificados desde altura y que la mayoría de ellos se trazaron entre el año 100 A.C y el 300 de nuestra era. Aunque durante muchos años se ha indicado que sólo podían verse a vista de pájaro, lo cierto es que son visibles desde colinas cercanas, lo que permite indicar que, más que símbolos destimados a ser vistos per extraterrestres o seres prodigiosos con capacidades voladoras, son parte de un paisaje ritual destinado a realizar ofrendas y ceremonias vinculadas con la gestión del agua, fundamental para la agricultura en la zona durante la época en la que se dibujaron. En sí, eran una magnífica (y singular) manera de dar las gracias a los dioses en los que aquellos antiguos hombres creían por las cosechas que permitían la supervivencia de una cultura que, con estos glifos, demostró de qué era capaz. Son, en cierto modo, lo mismo que nuestras iglesias y catedrales.