Seguro que lo recuerdas de Terminator 2: no hablaba, daba mucho miedo y, aunque al final acababa liquidado gracias al poder del nitrógeno líquido y la magia del frío, todavía ronda por las pesadillas de más de uno. Ahora, un grupo de investigadores chinos y estadounidenses que, damos por hecho, han visto Terminator 2 más de una vez, acaba de desarrollar un robot que incluye galio en su estructura y puede pasar de su normal estado sólido a una forma más o menos líquida. Lo han bautizado como MPTM, letras que no son otra cosa que las siglas de Magnetoactive Phase Transition Mode o, en nuestro idioma, Material de Transición de Fase Magnetoactiva.

T1000
 

De momento, es pequeño

El humanoide en cuestión está construido en una aleación de galio, neodimio, hierro y boro que favorece las propiedades magnéticas y que aprovecha el punto de fusión del galio (29,8 grados) para poder semilicuarse si la situación lo requiere. En los ensayos realizados, el androide (similar a un muñeco de Lego y no mucho mayor que éstos) ha logrado salir de una jaula de barrotes. Además, adelantan sus creadores, salta hasta veinte veces su tamaño y puede rotar hasta a 1.500 revoluciones por minuto.

¿Para qué puede servir?

De momento no lo tienen claro, pero su capacidad de saltar, escalar y hasta dividirse en dos si hace falta y volver a convertirse en uno después pueden, vaticina Carmel Majidi, uno de los responsables del proyecto, hacerlos útiles para usos biomédicos. De momento, lo han usado para extraer objetos de un modelo de estómago. Como todos los robots, eso sí, también puede usarse para el mal, pero, antes de pensar catástrofes varias, merece la pena recordar que esa característica (la de que permiten hacer cosas indebidas con ellos) es compartida por cualquier herramienta que haya construido el hombre. ¿O no sirve también un cuchillo para matar y para untar mermelada? Bien pensado, y si no que se lo pregunten a Shakira, hasta la mermelada puede servir para acabar con algo.