En medio de los paisajes pintorescos del norte de Gales, se oculta una de las mayores baterías de Europa. Durante años, el agua ha fluido a través de los túneles subterráneos del pueblo de Dinorwig, impulsando enormes turbinas generadoras de electricidad. Sin embargo, por primera vez en cuatro décadas, estos canales se encuentran vacíos. Pero, no te asustes, ya que el motivo es más que lógico: están siendo sometidos a una renovación de más de 1.100.000 euros para prolongar la vida útil de la planta.

El pilar fundamental para la energía renovable en Reino Unido

Esta central, junto con el proyecto hermano en Ffestiniog, localidad de Gales, son esenciales para el suministro de energía limpia en el Reino Unido. A pesar de contar con una tecnología que supera el siglo de antigüedad, el almacenamiento hidráulico por bombeo sigue siendo uno de los métodos más efectivos para almacenar electricidad a largo plazo, garantizando además la estabilidad de la frecuencia en la red eléctrica. Algo que en nuestro país habría venido muy bien hace unas semanas.

El almacenamiento hidroeléctrico es un aliado clave en el Plan de Energía Limpia 2030 del Reino Unido, que tiene como objetivo conseguir una red eléctrica completamente renovable para finales de la década. Sin embargo, el país necesita más capacidad de almacenamiento, ya que solo dispone de 3 gigavatios de almacenamiento a largo plazo. Para alcanzar el objetivo, se necesitarán al menos 8 gigavatios, según el operador del sistema nacional. 

Entrada a uno de los túneles de la central eléctrica Dinorwig
Entrada a uno de los túneles de la central eléctrica Dinorwig

Dinorwig, en estos momentos, es capaz de generar 1,7 gigavatios, pero, a pesar de la alta demanda de almacenamiento, no se han desarrollado nuevos proyectos en décadas debido a los elevados costos iniciales y la falta de incentivos gubernamentales, que han preferido apoyar tecnologías como la solar o la eólica. Pero, ¿en qué consiste exactamente la tecnología de bombeo hidráulico?

Esta se basa en la gravedad y funciona de manera sencilla: el agua se bombea de un depósito inferior a uno superior, cuando la energía es abundante y barata, y se libera cuando la oferta de electricidad es insuficiente, haciendo girar las turbinas para generar energía. Esta flexibilidad permite llenar los huecos en la oferta de energía cuando el viento no sopla o el sol no brilla. 

En Dinorwig, la caída de agua es de 500 metros, lo que impulsa con gran fuerza sus turbinas. Para que te hagas una idea, algunos los túneles son lo suficientemente grandes como para albergar una casa en su interior. Desde hace tiempo, las dificultades económicas y logísticas han impedido la expansión del sistema. Sin embargo, el regulador industrial del Reino Unido, Ofgem, está intentando fomentar nuevos proyectos, lo que podría resultar crucial para desbloquear la inversión en nuevos proyectos.

Uno de los trabajadores que está realizando el mantenimiento de la central eléctrica Dinorwig
Uno de los trabajadores que está realizando el mantenimiento de la central eléctrica Dinorwig

La planta de Dinorwig, propiedad en su mayoría de la empresa francesa Engie, estará en funcionamiento 25 años más, en gran parte gracias a su reforma, lo que garantizará la resiliencia energética del Reino Unido en los próximos años. Y es que este sistema ya ha demostrado su fiabilidad en situaciones de emergencia. 

Por ejemplo, durante un apagón masivo en Londres en 2019, el operador de la red utilizó la planta para restablecer el suministro de electricidad a más de un millón de clientes. Kate Gilmartin, CEO de la Asociación Británica de Hidroelectricidad, ha afirmado, en declaraciones recogidas en Bloomberg, que "la ventaja de la energía hidroeléctrica bombeada es su durabilidad. Está probada, es fiable y lleva 120 años ahí. Así que esa permanencia nos da resiliencia futura".