Hace unos años, pero referida a las hordas de jóvenes que –principalmente después de la desaparición de la EGB y el advenimiento de la ESO- no se dedicaba ni a trabajar ni a estudiar, el término nini hizo cierta fortuna. Hoy, de la mano del orientador laboral Pablo Cobisa, designa a otro colectivo que tampoco trabaja pero porque no le dejan. El edadismo, esa lacra que acecha a cualquiera que pase de los 45 y tenga que buscar trabajo, los ha generado. Están ahí, son los nuevos ninis y el siguiente, quizá, podrías ser tú.
No es que no quieran, es que no les dejan
Cobisa lo definía perfectamente esta semana en Linkedin: los nuevos ninis son aquellos a los que ni les dejan trabajar ni les dejan jubilarse. El coloca la frontera no en los 45, sino en los 50. Para él, es “una realidad social sangrante” que victimiza a personas en edad de seguir aportando, pero que no consiguen un empleo porque un sector notable de los encargados de selección de personal considera que son demasiado viejos o que están obsoletos.

Ni una cosa ni otra
Y lo cierto es que los mayores de 50 no están ni viejos ni obsoletos. Por edad, han superado cambios más disruptivos que los actuales. Ellos, y no otros, vivieron la aparición de Internet y, también, la de los teléfonos móviles. Y lo superaron sin dejar de entender la tecnología como la herramienta que es.
¿Qué es la obsolescencia?
La obsolescencia es la falta de actualización. Y es muy distinto no querer actualizarse que no poder hacerlo porque no se te permite. Un iPhone 6 sigue siendo un teléfono, en muchos casos, mejor que cualquier Android de gama baja, pero Apple ya no ofrece actualizaciones. ¿Podemos hacer lo mismo con las personas? Cobisa cree que no y alguien, quien sea y con poder de decisión, también debería creerlo. ¿Por qué? Porque, seguramente, solucionarlo sea más importante que conocer el nombre del próximo presidente del Gobierno. Total, sea el que sea, no durará ni cuatro años. A los mayores de 50, les quedan 15 años productivos.