Lo indica el Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España: la edad media de emancipación en el país alcanzó durante el segundo semestre de 2022 los 30,3 años. Es la más alta de las últimas dos décadas. Con la subida de tipos de interés y las dificultades para alquilar, todo indica que al acabar 2023 será todavía más tardía.

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¿Por qué?

El barómetro es claro: el problema principal es la vivienda, que impide que una persona joven pueda emanciparse sin endeudarse más allá de lo asumible. En España, la tasa de emancipación alcanza el 15,9% y en la UE es del 31,9%. En Catalunya alcanza el 20,2%. La tasa de emancipación es el porcentaje de personas con entre 16 y 34 años que viven fuera de casa de sus padres o tutores y se mantienen con sus propios ingresos.

Sólo el 20% de los emancipados viven solos

Además, de entre los jóvenes emancipados, más de un 80% viven con otras personas. Todo sucede, además en un momento en el que el porcentaje de ocupación entre los jóvenes crece, la temporalidad disminuye y el paro se reduce, al menos en Catalunya. Trabajar, por tanto, ya no equivale a poder independizarse y, así y según el Observatorio, hacer “es prácticamente una quimera”. El salario medio de un joven es hoy en España de 13.079 euros netos y el alquiler medio de un piso, 912 euros. Eso supone que una persona sola debería dedicar a ello el 83,7% de sus ingresos. En suma, un desastre sociodemográfico que tendrá consecuencias evidentes en las tasas de natalidad. Y todo, además, mientras las políticas de lucha contra el despoblamiento rural no funcionan.