Son un peligro público porque, pese a que en el reglamento que regula su funcionamiento dicen que todo está diáfano, lo cierto es que nadie los entiende: ¿Quién tiene la prioridad en un paso de peatones regulado por un semáforo para viandantes que está en verde y por otro para vehículos fijo que está siempre en ámbar y parpadea?

semáforo
 

La prioridad es del peatón, pero eso no lo sabemos todos

En la situación antes descrita, la prioridad es del peatón, ya que la normativa establece que el semáforo fijo en ámbar parpadeante alerta a los conductores de la presencia de un paso de peatones con el fin de que extremen la precaución y pasen sin detenerse exclusivamente en el caso de que no haya peatones esperando para cruzar. De hecho, el significado de este tipo de semáforos fijos es el mismo esté o no regulado el paso de peatones al que protegen por un semáforo para viandantes. En resumen, y si eres conductor: si hay gente, te paras y, si no hay nadie, sigues; pero no todo el mundo lo entiende así.

Pone en peligro a los peatones

Los peatones, en situaciones como ésta, entienden que la prioridad es suya; pero hay conductores que no recuerdan o no comprenden del todo el significado de la luz ámbar. El concepto de precaución es ambiguo y eso, precisamente, es lo que significa la luz ámbar. Rojo significar parar, verde seguir y ámbar, tener cuidado ¿se puede tener cuidado si hay peatones cruzando y no te paras? Hay que gente que considera que sí y, por supuesto, se equivoca, pero el más débil siempre es el peatón. ¿Qué solución hay entonces?

Eliminar el ámbar parpadeante

España es el único país europeo con semáforos en ámbar parpadeante y, por eso, la DGT ha emitido ya este mes de agosto una recomendación que aconseja sustituir los semáforos fijos en ámbar parpadeante por otros convencionales. Al final, como tantas cosas, está en manos de los ayuntamientos.