Barcelona, 28 de abril de 1936. Hace 89 años. Las tres y media de la tarde. Dos meses después del indulto y restablecimiento del gobierno de Catalunya (condenado y recluido por los Hechos de Octubre de 1934). A la altura de la calle Muntaner, 28; un grupúsculo terrorista disparaba por la espalda a Miquel y Josep Badia Capell, que hacía escasamente unos minutos habían salido de su domicilio. Miquel Badia Capell, ex-Comisario de Orden Público de la Generalitat (la máxima autoridad policial en Catalunya); moriría poco rato después de aquel brutal atentado que el gobierno de Catalunya señaló como obra de elementos anarquistas de la CNT-FAI.

Pero la investigación periodística de Josep Maria Planes —pionero del periodismo de investigación en Catalunya y, posteriormente, víctima de los mismos grupúsculos terroristas— probaría la existencia de unos misteriosos vasos comunicantes que dibujaban un sórdido triángulo formado por tres extraños vértices: el sindicato anarquista CNT-FAI; el mundo delincuencial local (el pistolerismo, el proxenetismo); y el grupúsculo ultraderechista local Peña Ibérica, que enseguida fue engullido por Falange Española. Este sórdido triángulo tenía la misión de crear un estado de violencia y caos en Catalunya que se tenía que traducir en la desafección de la sociedad catalana hacia las instituciones catalanas y republicanas.

Miquel Badia, Josep M. Planes y Desideri Trilles. Fuente Fundación Irla, Enciclopedia Catalana y Ministerio de Cultura (1)
Miquel Badia, Josep M. Planes y Desideri Trilles. Fuente Fundación Irla, Enciclopedia Catalana y Ministerio de Cultura

La CNT-FAI de 1936

En 1936 la CNT ya no era aquel sindicato anarquista de tradición catalanista que había liderado el Noi del Sucre (asesinado en 1923). En 1931, poco después de la restauración del autogobierno de Catalunya (proscrito desde 1714), se había producido el misterioso desembarque de la Federación Anarquista Ibérica, que fagocitaría la CNT catalana y que promovería un escenario de boicot permanente a la obra de gobierno de la joven Generalitat. En 1936, la CNT-FAI catalana estaba dirigida por elementos tan anticatalanistas como Joan Garcia Oliver, Diego Abad de Santillán o los violentísimos Buenaventura Durruti y Francisco Ascaso.

El desembarque de la ultraderecha española en Catalunya

Por otra parte, desde que se había proclamado el indulto al presidente y a los consellers de Catalunya (febrero, 1936) y se había restablecido el autogobierno catalán (marzo, 1936); la investigación periodística —especialmente Planas— había advertido la repentina presencia en Barcelona de elementos violentísimos de la ultraderecha española, procedentes de Madrid y muy vinculados con la policía y la judicatura del Estado. En el atentado contra Miquel Badia, los testigos oculares identificaron al pistolero anarquista Justo Bueno Pérez. Pero los Mossos d'Esquadra detuvieron y situaron en la escena del crimen al ultraderechista Juan Segura Nieto, seguidor radical del Espanyol y jefe de un grupúsculo terrorista.

Relación de afiliados al grupúsculo ultraderechista Peña iberica Cruces de Sangre. Fuente Biblioteca del CRAI. Universidad de Barcelona (1)
Relación de afiliados al grupúsculo ultraderechista Peña iberica Cruces de Sangre. Fuente: Biblioteca del CRAI. Universidad de Barcelona

Los vasos comunicantes entre anarquistas y falangistas

Justo Bueno Pérez y Juan Segura Nieto ilustran, a la perfección, estos extraños vasos comunicantes que se habían creado con el desembarque de la FAI en Catalunya (1931) y que habían sido alimentados por el mismo José Antonio Primo de Rivera (que ambicionaba atraer la masa anarcosindicalista catalana a su proyecto falangista) y por "su hombre en Catalunya": el fanático Roberto Bassas. Ahora bien, el caso de José Pastor Castillo, alias "El Maño", confirma que en los círculos dirigentes de la CNT-FAI catalana de 1936, este acuerdo —con el espurio objetivo de destruir Catalunya—, no solo era conocido, sino que era promovido por intereses estratégicos.

¿Quién era y de dónde venía "El Maño de Sarrià"?

Según el informe redactado por la Delegación Provincial de Falange, consignado por la Jefatura Superior de Policía; y fechado poco después de la ocupación franquista de la ciudad, José Pastor Castillo era un personaje de 40 años, nacido en Oliete (Aragón), de estado civil casado, de profesión chófer, exempleado del Garaje Paseo Bonanova (antes de estallar la Guerra Civil); y residente en la calle Canet, 6 del barrio de Sarrià, en Barcelona. En aquel mismo informe, en el apartado de "Antecedentes" que abría el informe se decía: "Es persona de pésimos antecedentes, de carácter pendenciero y de costumbres muy relajadas". ¿Pero querían decir, exactamente, con todo eso?

Justo Bueno Pérez. Fuente: Archivo de ElNacional
Justo Bueno Pérez. Fuente: Archivo de ElNacional

Destruir a todos los testigos de aquella colaboración

El informe policial de José Pastor Castillo, alias "el Maño", confirma la existencia de las conexiones entre anarquistas y falangistas —antes y durante la Guerra Civil— y la voluntad del régimen franquista —después del conflicto civil y la ocupación del país— de eliminar a cualquier testigo que revelara aquella colaboración. En aquel informe se dice que en 1934 "el Maño" formó parte de "organizaciones de tipo derechista talas como Falange Española, Renovación Española, etc., que con otros grupúsculos ultraderechistas o tradicionalistas de Barcelona extremadamente violentos y que practicaban un terrorismo de baja intensidad, combatieron contra la Generalitat (a la guerra urbana de los Hechos de Octubre) con la consigna "Viva Cataluña española".

El inicio de la carrera delictiva de "el Maño"

Incluso, en aquel informe se lo sitúa en la órbita socioideológica del carlismo, a través de su patrón Vicente Roque, propietario del Garaje Paseo Bonanova y un elemento destacado de la Comunión Tradicionalista local. Y en este punto es donde el informe quiere justificar el posterior viaje ideológico de Pastor Castillo. En un punto del informe, se dice que el patrón sorprendió al empleado robando dinero y gasolina y lo despidió. Motivo que llevaría a "el Maño" a abandonar sus postulados ideológicos y, en venganza, asesinar a Roque. "El Maño" fue detenido, juzgado y condenado a catorce años de prisión; y según el informe policial franquista, su comunión con la CNT-FAI se produjo durante la excarcelación masiva de reclusos de la Prisión Modelo (20/07/1936).

Inicio del informe de José Pastor Castillo, el Maño. Fuente: Archivos Españoles en Red. Ministerio de Cultura
Inicio del informe de José Pastor Castillo, el Maño. Fuente: Archivos Españoles en Red. Ministerio de Cultura

"El Maño" y los vasos comunicantes

Pero la realidad es muy diferente. "El Maño" estuvo recluido entre 1934 y 1936; y cuando es excarcelado se convierte, sospechosamente inmediatamente, en jefe de una de las siniestras Patrullas de Control anarquistas que el Comité de Milicias Antifascistas (el gobierno catalán de facto después del 18/07/1936), había convertido en los responsables del orden público. Esta sospecha se confirma cuando sabemos que, durante la guerra urbana del 19 de julio de 1936 entre golpistas, por un lado; y fuerzas leales a la Generalitat y milicianos por otro; los dos extremos de aquel conflicto —falangistas y anarquistas— urdieron la apertura de las puertas de la Prisión Modelo y la excarcelación de toda la población reclusa.

Treinta asesinatos

El informe policial franquista es demoledor. Durante los nueve meses que dirigió una Patrulla de Control (julio, 1936 – mayo, 1937) ordenó el asesinato o, directamente asesinó, a treinta personas: los hermanos Mumbrú, los farmacéuticos Lloret y Boada, el masovero Navarro, la familia de empresarios Armengol y su chófer Ribas, los tenderos Tintoré y Fontboté —padre e hijo—, el impresor Casals, el religioso jesuita Padre Máñez y catorce religiosos capuchinos del convento de la calle de Santa Rosa de Sarrià. Según el informe policial franquista, "el Maño" secuestraba a sus víctimas y las asesinaba en la Font de la Teula y en el Revolt de la Paella (en la zona de la carretera de la Arrabassada).

Comité de Milicies Antifeixistes. Julio, 1936. Fuente: Archivo Nacional de Catalunya
Comité de Milicias Antifascistas. Julio, 1936. Fuente: Archivo Nacional de Catalunya

La carnicería de las Patrullas de Control

Las Patrullas de Control —formadas por elementos procedentes de los dos extremos del espectro ideológico y que acumularían más de 8.000 víctimas mortales— también asesinaron al periodista Josep Maria Planas —que había destapado aquella sórdida conexión entre anarquistas y falangistas— o el líder sindical Desideri Trilles —de los estibadores portuarios y que se había opuesto a la agresiva expansión de la FAI, ¡¡¡y a la fusión de la Unión Socialista de Catalunya y el PSOE!!!—. Y en esta brutal carrera de sangre, consiguieron el objetivo estratégico que se habían fijado mucho antes del estallido del conflicto: la desafección de las clases económicamente acomodadas e ideológicamente conservadoras a la causa republicana y catalana.

Eliminar las pruebas

Justo Bueno Pérez y Juan Pastor Castillo, serían localizados y eliminados por el régimen franquista para impedir que la historia asociara la ultraderecha española con las carnicerías pretendidamente revolucionarias en Catalunya (julio, 1936 —mayo, 1937). Pero la historia es tozuda y obstinada, y a través de la investigación, acaba poniendo sobre la mesa las paradojas más increíblemente absurdas. Hoy podemos decir que Justo Bueno Pérez y Juan Pastor Castillo —pistoleros, terroristas y asesinos confesos y convictos— que "trabajaron" para destruir Catalunya, hacen buena aquella cita que, años más tarde, proclamaría el escritor Josep Pla: "lo que más se parece a un español de derechas, es un español de izquierdas".

Exhibición falangista en Barcelona después del empleo|ocupación de la ciudad (1939). Font BTV
Exhibición falangista en Barcelona después de la ocupación de la ciudad (1939). Font BTV