El presidente de RTVE, José Pablo López, ha concedido su primera entrevista a El Nacional y que hemos dividido en dos partes. En la primera, que podéis recuperar aquí, explica nuevos detalles del nuevo canal que emitirá íntegramente en catalán allí donde ahora hay La 2. En esta segunda parte de la entrevista, José Pablo López (Sayalonga, Málaga 1977) aborda sin ambages las diferentes polémicas que han rodeado su primer tramo de mandato.

-Esta que acaba ha sido una temporada con grandes apuestas de RTVE. Es hora de hacer balance. Por ejemplo, La Revuelta. ¿Contento con David Broncano?
-Estoy muy satisfecho con la temporada que ha hecho David Broncano. Arrancó después de una llegada muy complicada. Se ha estabilizado en torno al 12% de cuota de pantalla. Incluso cerrará un poco por encima de este 12. Estamos muy contentos porque estamos ofreciendo un producto de televisión pública, alternativo y en el cual queremos reflejar a una sociedad que está aquí y que también tiene que tener su espacio en la televisión. Y por descontado estamos muy contentos con el perfil: somos líderes en la franja que va de los 13 a los 64 años y que es muy transversal. Ha sido una muy buena primera temporada, y ya estamos trabajando con el equipo del David para introducir algunas novedades de cara a septiembre.

-Que acto seguido me explicará, verdad?
-No. Pero no supondrán un cambio profundo. Sabemos lo que es 'La revuelta' o anteriormente 'La resistencia' y la personalidad que le imprime David y su equipo al programa. Pero el hecho de haber salido de una oferta de pago y estar ahora en una oferta en abierto nos permite ver en qué cosas podemos profundizar. Ya tenemos el histórico de una temporada completa y podemos ver qué tipo de personajes funcionan más y cuáles menos. Tenemos una cosa que no tiene mucha gente: estabilidad y un producto del cual nos sentimos|oímos plenamente orgullosos.

-El programa recibió a muchas críticas por el coste que tiene...
-Todo el mundo sabe que producir un programa de hora y media en lo prevalezca-estafe de una televisión pública tiene un coste. ¿De verdad es caro? El precio que estamos pagando está publicado en los contratos. Cualquiera que trabaja en el sector sabe que la operación, desde un punto de vista económico, era razonable. Quizás las críticas no eran por el monto económico sino por otro tipo de razones que no tenían que ver con el económico.

-Con 'La Familia de la Tele' qué ha pasado?
-La televisión va de eso: probar, arriesgar y cuando una cosa no funciona se saca un aprendizaje de aquello que no ha funcionado. Y hay que seguir adelante. TVE tiene una tasa de acierto especialmente alta. Hemos puesto en marcha cuatro proyectos en abril-mayo: 'La Familia de la Tele', 'Futuro Imperfecto' con Andreu Buenafuente, 'Malas Lenguas', con Jesús Cintora y el nuevo 'Mañaneros 360' con Javier Ruiz y Adela González. De estos cuatro proyectos, tres han funcionado. Y eso, en términos televisivos, es ir muy bien. Si llegamos a acertar los cuatro me preocuparía porque sería realmente inédito.

Algunas críticas a 'La Familia de la tele' se han hecho desde un supremacismo cultural que dice qué se puede hacer y qué no en una tele pública

-Ya, pero qué falló?
-Pues que no hemos acertado. El equipo lo ha intentado, lo ha puesto todo de su parte y eso lo tengo que agradecer porque han hecho todo el posible. Pero no ha funcionado. Las críticas hay que aceptarlas, recibirlas y sacar lo mejor de ellas. Ahora bien, las críticas menos aceptables son aquellas que se plantean desde un cierto supremacismo sobre qué se puede y qué no se puede emitir en la televisión pública. Son críticas que se hacen desde unos púlpitos que normalmente no consumen televisión pública, de hecho, no consumen ningún tipo de televisión. Y para criticar la tele hay que ver la tele.

-O sea, que considera que algunas críticas en 'La Família de la tele' se han hecho desde la superioridad moral?
-Moral y cultural. Y al final la moral depende de cada uno. Pero sí que ha habido un cierto supremacismo cultural que no tiene nada que ver con la sociedad a la cual nos dirigimos en 2025. Un producto audiovisual puede funcionar o puede no funcionar, pero creo sinceramente que 'La Familia de la tele' lo ha hecho todo para intentar entretener. No ha traspasado ninguna línea del entretenimiento de una televisión pública. Ha habido mucho prejuicio. Eso sí, cuando hemos visto que, efectivamente el programa no tenía cabida dentro de la tele pública, lo hemos suprimido.

-Al referirse a 'La Revuelta' y 'La Familia de la Tele' hablaba de aprendizajes. ¿Del caso Melody en Eurovisión, qué ha aprendido?
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De aquí hemos sacado muchos aprendizajes, y no solo de Eurovisión sino también del Benidorm Fest. Ya hemos tomado una primera medida, que es cambiar sus bases: Los votos del jurado valdrán un 50%, el televoto un 25% y el 25% restante saldrá del jurado demoscópico. Ya hemos escogido un nuevo director artístico, Sergio Jaén, así como un nuevo comité de selección de las canciones que participarán en el festival de Benidorm. El equipo de RTVE ha hecho un excelente trabajo con la candidatura de Melody tanto a su jefa de delegación, Ana María Bordas como a nivel de comunicación. No seremos tan malos si ahora Ana María Bordas es la presidenta del Grupo de Referencia de la UER para Eurovisión.

Lo que no se le puede pedir a RTVE es que, además de no tener publicidad, no tenga modelo

-Antes le preguntaba por si la inestabilidad política podía poner en riesgo el nuevo canal catalán de RTVE. Ahora le pregunto si esta crispación puede alcanzar a todo el ente que usted dirige y más concretamente su presidencia.
-Todos tenemos un pasado. Y yo espero que en el futuro la inestabilidad política no suponga, otra vez, inestabilidad en RTVE o que sus trabajadores no tengan un modelo claro de televisión pública. Un modelo se puede compartir o no, pero es necesario que exista, con las aportaciones y correcciones que se quieran. Hace 15 años, en RTVE se le retiró la publicidad y seguimos sin tenerla. Lo que no se le puede pedir a RTVE es que, además de no tener publicidad, no tenga modelo.

-Cada vez que usted comparece en el Congreso se lía. ¿Cómo lo lleva?
-Me llevo muy bien con sus señorías. Eso sí, pido que separen las cuestiones políticas de las puramente personales. Todas las aportaciones son bienvenidas y los elementos de corrección siempre tienen que estar sobre la mesa. Construir un modelo de televisión lleva tiempo, fallos y aprendizajes.

-Ya, pero por qué RTVE siempre está en el punto de mira?
-En el ámbito político siempre lo ha estado. Por desgracia para la gente de la casa, RTVE siempre ha sido un elemento dentro del juego político. Pero ahora, los ataques -para decirlo de alguna manera- vienen de otras inquietudes.

-Cuáles?
-Aquellas que ven el papel mucho más relevante y activo que está teniendo TVE dentro del mercado audiovisual. No se le puede pedir a RTVE que no tenga modelo y que pase por la vida sin molestar a nadie, sin decir nada, sin hacer nada y condenada a la parálisis por análisis. Creo que no: tenemos que probar, tenemos que poner en marcha proyectos y ofrecerle a la ciudadanía una oferta que no tienen por qué aceptar al 100%, pero que sí tiene que ser una oferta valiente, identificable y necesaria.