Cuántas veces has comprobado que internet iba realmente lento en tu casa y has pensado que quizá algún vecino avispado estaba aprovechándose de tu conexión colándose a través de tu wifi. Seguro que no han sido pocas. Y puede ser que en alguna de esas ocasiones no estuvieras lejos de la realidad, porque no son pocos los que sacando partido de su habilidad con la tecnología se cuelan en los hogares de otros y tiran de su conexión cada vez que lo necesiten. Algunos, incluso, pueden aprovechar esta intrusión para cometer ciberdelitos y meterte en un buen lío jurídico.

El robo de la señal de internet llega hasta el punto de que hay personas que se dan de baja en su compañía de servicios de internet y viven cómodamente como gorrones del wifi del vecino. Por eso hoy te ofrecemos unos sencillos consejos para que seas capaz de comprobar si tienes a algún extraño enganchado a tu conexión y qué debes hacer para que eso no ocurra o para que deje de ocurrir. Toma buena nota y ponte manos a la obra.

Cambiar el nombre de la red

Cambiar el nombre de tu wifi y su contraseña debería ser el primer paso a dar. Si el nombre de tu red es el que venía por defecto cuando te lo instalaron –el clásico imposible de recordar lleno de cifras y letras–, lo mejor es que lo sustituyas por uno del tipo “nuestro wifi” o parecido. La razón es que si dejas el que venía por defecto, aunque parezca muy seguro, puedes estar ofreciendo pistas a quien entiende de redes a la hora de saber qué tipo de vulnerabilidades tiene tu router. A veces, además, cuentan con las herramientas de cada fabricante del router, lo que hace más sencillo que así descifren la contraseña.

Asimismo, conviene que desactives la opción de acceder al router mediante un PIN WPS. Al fin y al cabo es una utilidad que hace posible que no haya que recordar una contraseña, dejándolo todo en manos de un sencillo PIN que será aún más sencillo de descifrar por el vecino habilidoso.

Cambiar las claves

El simple hecho de cambiar la contraseña original de tu wifi ya es una barrera más que le puedes poner al posible intruso. Para ello tendrás que entrar en el router a través de la dirección web 192.168.1.1. A partir de ahí te pedirá que introduzcas el usuario y contraseña del router que, si no lo has modificado nunca, probablemente sea algo del estilo "admin" y "admin, admin" y "1234" o "user y user". Si no consigues dar con la correcta, puedes ponerte en contacto con el servicio de atención al cliente de tu compañía telefónica.

Una vez dentro, cambiar tu contraseña será muy sencillo. La recomendación es crear una nueva con no menos de 8 caracteres y alternando números, letras y símbolos, combinándolos con mayúsculas y minúscular para hacer que sea mucho más difícil dar con ella desde fuera.

Tener en cuenta el tipo de cifrado

Tu router puede tener un cifrado del tipo WPA, WEP o WPA2, este último el más habitual si el router no es muy antiguo. En todo caso, y pese a que ninguno es invulnerable, el cifrado WPA2 es el más seguro. Por eso cuando entres en la configuración del router comprueba si está en modo WPA2 y si no lo está activa esta opción.

Dispositivos como los ordenadores, las tablets y los móviles están preparados para conectarse perfectamente a WPA2. De hecho, desde el apartado de seguridad del mismo móvil podrás comprobar si el router emite señal wifi del tipo WPA2.

Desactivar el DHCP

El DHCP no es sino una herramienta del router para facilitar la administración de las direcciones IP. Si la desactivas desde el router, obligarás a tu vecino a tener que activarla de manera manual, con lo que le estarás complicando aún más el acceso a tu red wifi.