Un grupo de víctimas del aceite de colza se ha encerrado esta mañana en el museo del Prado, en Madrid, y ha amenazado en el Gobierno con retransmitir en directo su muerte si no atendían sus demandas. Estas imágenes tan impactantes ponen en evidencia que los afectados por aquella crisis siguen sufriendo el olvido y la ignorancia de las autoridades. ¿Qué pasó?

 

La crisis del aceite de Colza

El año 1981 se produjo una intoxicación masiva por este aceite en España que supuso un antes y un después en la historia de la seguridad alimentaria. El descontrol que entonces tenía el Estado -que se acababa de adentrar en la democracia- sobre los productos de consumo hizo que se comercializara aceite de colza que contenía sustancias tóxicas como la anilina. Este aceite, de uso industrial, llegó a los ciudadanos en garrafas de plástico, de manera fraudulenta y a través de puestos ambulantes.

Aceite de colza - Efe

La Guardia Urbana de Barcelona encuentra un almacén clandestino de aceite de colza / EFE

Al principio, el caos y la incertidumbre era absoluta. Los hospitales se llenaban de gente con los mismos síntomas y Sanidad lo iba atribuyendo a diferentes enfermedades: primero, a "la enfermedad del legionario"; después, a una neumonía atípica. Y no fue hasta semanas después de que se descubrió que era el aceite envenenado.

En total, mató a más de 3.000 personas y hoy en día hay más de 15.000 ciudadanos que todavía viven los efectos.

Los responsables

Este aceite desnaturalizado se había permitido para proteger la producción del aceite de oliva español ante las importaciones de comestibles de la colza más baratas de Francia. Entonces, el Estado autorizó que se pudiera añadir la anilina a los aceites alimentarios para desnaturalizarlos y utilizarlos en la industria, pero este aceite llegó a la población.

Por eso, después de varios juicios que se alargaron años, la justicia acabó condenado algunos empresarios. Sin embargo, muchos no acabaron recibiendo nunca el castigo, ya que el juez llegó a la conclusión que "no tenían la intención de causar muertos" y, por lo tanto, no tipificó los hechos como delitos de homicidios ni lesiones.

Juicio Aceite de colza - Efe

Ernest Lluch, lo entonces ministro de Sanidad, en el juicio / EFE

También se condenó el Estado por supuestas negligencias de sus funcionarios. De esta manera, la administración fue declarada responsable civil subsidiaria y fue obligada a indemnizar a los afectados.

Miles de afectados, olvidados

Actualmente, todavía hay miles de afectados que todavía viven las consecuencias y que reivindican que su enfermedad ha caído en el olvido. Las víctimas del síndrome del Aceite Tóxico (SAT) sufren una enfermedad crónica que condiciona totalmente su calidad de vida y reclaman una mayor atención social. También reclaman que se investigue más la enfermedad y que se dé el apoyo que hace falta a los afectados y sus familiares.

Aceite de colza - Efe

Una manifestación de los afectados por el aceite de colza / EFE